Ausencia

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Ya habían transcurrido dos semanas desde que Chase había visto a Jack y eso le producía una mezcla de sentimientos que no podía definir totalmente.

Los primeros días se sintió molesto, pues sus expectativas sobre lo que pasaría se desmoronaron y pensó que la razón por la que Jack no iba a rogarle perdón era por orgullo. Él no tenía tiempo para aguantar los caprichos de un niño así que siguió con sus actividades.

Pasó una semana sin novedades sobre él e intentó convencerse a sí mismo de que era mejor de esa manera. "Ese gusano solo era un estorbo y ahora puedo meditar tranquilo y sin distracciones", se repetía constantemente. Después de todo él no extrañaría sus halagos ni sus preguntas tontas que le causaban cierta gracia ni sus hermosos ojos que brillaban cuando lo veían a él... no definitivamente estaba mejor sin él.

Para cuando las dos semanas ya habían terminado, Chase ya no pudo resistir más y decidió que saldría a ver los duelos Xiaolin para burlarse de los monjes. Obviamente, no era porque quería ver a Spicer en la pelea, no, eso sería muy estúpido.

Cuando llegó solo pudo ver a Kimiko peleando contra otra persona, el Heylin se acercó lo más sigiloso posible para ver de quien se trataba. Sorprendentemente se trataba de Wuya, aún no tenía sus poderes pero era muy fuerte( no lo suficiente para darle pelea a Chase por lo que no interrumpió). Con un poco de decepción en el rostro, estaba por marcharse hasta que escuchó una voz detrás de él.

—Chase Young, ¿qué haces aquí?— era Omi, quien de los cuatro monjes era el que le tenía más respeto y tal vez hasta un poco de admiración.
—Hola Omi, solo pasaba a ver si habías mejorado tus técnicas. Ya te dije que te puedes unir al lado Heylin cuando quieras— le dijo con un poco de burla.
—Eso nunca volverá a pasar Chase Young— respondió con molestia en su voz hasta que recordó algo— Hablando de eso, ¿sabes algo de Jack Spicer?—

Al escuchar eso se tensó un poco, pero logró recuperar la compostura— No...¿por qué preguntas?—
—Desde hace dos semanas no se ha presentado a ninguna batalla, solo Wuya. Le pregunté a ella y dice que no sabe nada pero creo que aquí hay gato enjaulado—

Ni siquiera se tomó la molestia de corregir a Omi, tan pronto escuchó lo que dijo desapareció del lugar rumbo a su guarida. Un sentimiento que no había tenido en miles de años resurgió: temor. ¿Y si algo malo le había pasado?, ¿y si había sido raptado o ,peor aún, asesinado?

Con todos esos pensamientos en la cabeza, decidió ir a la casa de Jack a investigar.
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Entró al taller de Spicer con la pequeña esperanza de encontrarlo ahí trabajando en algo, pero no vio nada solo piezas mecánicas, cables y varios robots a medio construir. Algo llamó su atención de todas esas cosas: una foto de él en medio de una batalla mientras Jack sostiene la cámara con una mano y con la otra hace el símbolo de amor y paz.

Ese día lo acompañó por primera vez a una batalla contra el monje Huang y para ello llevó la cámara y una libreta para tomar apuntes. Al recordar eso dio un largo suspiro.

— Te extraño gusano— soltó al aire sin percatarse que alguien había entrado en ese momento.

—¿ Chase? ¿ Qué estas haciendo aquí?— dijo aquella voz con sorpresa y emoción.

Young no tuvo tiempo de decir nada, pues ya tenía los brazos de Jack rodeando su espalda. Rápidamente, el adolescente notó lo que hizo y se separó con un ligero sonrojo en el rostro.

—Lo siento es solo que...ya sabes...no pensé verte por aquí.—

Chase se quedó estático por el abrazo, aún podía sentir las cálidas manos del chico en su espalda. Era una sensación agradable. Lo tomó por los hombros y habló un poco suave.

—¿Dónde has estado?—
—Yo...fui a una convención de robotica— dijo separándose un poco de Chase.

Algo no estaba bien. Usualmente Jack estaría más alegre por verlo, pero en cambio se ponía ¿nervioso? Jack rehuía a su mirada y fingía estar ocupado con sus máquinas. Eso molestó un poco al Heylin. Se acercó a él, tomó su cintura y le susurró al oído.

—¿ A caso no te da gusto verme?—
Jack tembló ante la cercanía y soltó un leve jadeo. Apartó a Chase y se fue corriendo al baño.

No podía seguir así, se sentó en el piso del baño y meditó acerca de lo que hizo durante su viaje. No había mentido cuando dijo que fue a una convención; pero había un detalle, o mejor dicho un sentimiento, que descubrió durante su viaje y no planeaba que Chase ni nadie se enterase de ello... El amor no era algo que los villanos debían sentir.

Chase Young aún se encontraba fuera del baño, esperando a que salga. Tal vez se había excedido un poco con su "broma", que por cierto ni él entendía el porqué lo había hecho. Dio un vistazo alrededor del taller, todo estaba muy ordenado y limpio. Una idea se le cruzó por la cabeza, "así ya no tendría motivos para saber en donde se encontraba Jack y este haría lo que le gusta todo el tiempo", pensó.

Quien diría que un adolescente podía convertirse en su debilidad.

Chack TalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora