Entre las estrellas [klance] #VoltronAwards18

⭐CAPÍTULO 1⭐

Rezaba a las estrellas por llegar a su destino sano y salvo. La nave estaba dañada a niveles que ni siquiera sabía cómo era posible que siguiese en el espacio. Inútilmente intentaba controlarla moviendo todos los mandos desesperadamente, como si gracias a ello, por arte de magia, se solucionara todo. Inevitablemente entró en la zona gravitatoria de un planeta cercano aproximándose a este precipitadamente. La pequeña nave se cubrió de fuego al entrar en la atmósfera. Al ver que podía quedar reducido a cenizas se puso el casco, cogió nuevamente los mandos apretándolos con fuerza.

-Vamos allá- dijo.

Divisó lo que le pareció un desierto, desde las alturas y la poca visibilidad que tenía solo podía rezar por que la arena amortiguase la caída.

Finalmente llego el inevitable colapso.

Estuvo unos minutos recomponiéndose y comprobando los daños en su cuerpo, por fortuna podía tratarlos con el botiquín de primeros auxilios de la nave y estos no interferirían en su búsqueda de civilización. Curó un rasguño que tenía en el brazo derecho y otro en su pierna. Los moratones creados por los constantes impactos durante el aterrizaje forzoso empezaban a tornarse violáceos, pero tendría que soportatlo. Metió en la bolsa de alimentos el botiquín y revisó el contenido, daba gracias si la comida le llegaba para tres días. De modo que, teniendo en mente que no sabía cuándo entontaría civilización, la racionó mentalmente para cinco.

Abrió la parte superior de la nave, al salir un calor insoportable, una brisa que no hacía más que acrecentar la sensación y un sol destellante, redujeron a cenizas la esperanza de poder encontrar algún ser inteligente en el planeta, y es que no sería el primero en estar deshabitado.

Temiéndose lo peor emprendió su búsqueda.

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No sabía los días que habían pasado desde que aterrizó en aquel desierto planeta. El sol daba fuerte por el día, pero ese mismo calor se convertía en frío por las noches. Casi no era capaz de conciliar el sueño temiendo que alguna criatura salvaje le atacase. Debido a ello dormía con un ojo cerrado y otro abierto sosteniendo fuertemente la daga que llevaba consigo desde que tenía uso de razón.

Las provisiones se le estaban agotando y debía recurrir a su fuerza de voluntad para no terminar de un solo golpe con la poca agua que llevaba.

Inevitablemente se maldecía internamente por ser tan poco previsible y no haber tenido la precaución de prepararlo todo, pero de nada servía ya lamentarse. Con ello en mente suspiró y continuó adelante. Aquella misma tarde, cuando el sol ya amenazaba con desaparecer para dejar paso a la luna acompañada de sus heladas noches, encontró aquello que le salvaría la vida. Tras trepar una gran montaña de dunas divisó lo que parecía ser un pequeño mercado. Volvió a suspirar, pero esta vez de alivio. Entonces se encamino hacia lo que sería su salvación.

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Una gran nave, que parecía más bien un castillo, aterrizó entre la arena, a una distancia prudente del mercado.

-Oye Allura, ¿puedes recordarme otra vez porque estamos aquí? -. La nombrada suspiró pesadamente.

-Ya te lo he dicho al menos cinco veces, Lance. Necesitamos información.

- ¿Y el mercado negro es una de tus mejores opciones? -. Preguntó.

-Teniendo en cuenta de que estamos en medio de una guerra con los galras por el poder y que cualquiera puede dar información falsa sí. Este es el único lugar en el que se traicionarían los unos a los otros por un poco de dinero.