Capítulo 11: ¿Este es el final?

179 23 21
                                    

* Narrado desde el punto de vista de Mangel *

Llego al departamento a las tres de la mañana, dejo mis cosas sobre la mesa del recibidor, camino y veo a Rubius dormido el el sofá de la sala con el móvil en la mano.

-¿Qué se siente esperar preocupado hasta que él otro se digne a llegar? -pregunto pero está claro que él no me escucha.

Lo veo destapado, solo con la ropa que llevaba puesta desde la mañana, está haciendo un frío que no es normal, así que no puedo parar mi impulso, voy a la habitación y tomo una cobija gruesa del armario, la llevo y la coloco sobre él, no puedo dar más pena ¿no?

Entonces para aumentar mi mala suerte, él despierta.

-¿Mangel? -pregunta abriendo los ojos.

-Has de cuenta que no estoy aquí -digo y me doy la vuelta hacia la habitación.

-Lo siento -dice sin más.

-Wow, siempre me sorprendió tu originalidad, ¿en verdad no se te ocurre algo más ingenioso? -digo recobrando mi enojo.

-No voy a excusar mi comportamiento, fui una mierda y lo siento -dice tranquilo.

Su tranquilidad me desespera, ahora mismo podría arrancarle el cuello y a él parece no importarle.

-¿Se te acabaron las ideas?, vaya, eso de dejar YouTube si te afecto ¿no? -digo tratando de que le duela, que sienta lo mínimo que yo sentí.

-Mangel, sé que es una locura y necesito hablar de esto contigo. No me importa si soy o no el padre, quiero cuidar de Nerea -dice tratando se suavizarlo.

En cambio eso me dolió a mí.

Pero claro, debí suponerlo, ahora para él es más importante Azucena y su hija.

-¿Ahora es tu nuevo capricho? ¿Siquiera la quieres? -digo evidentemente molesto y dolido.

-He aprendido a quererla desde que llegó, pero ese no es el punto -dice levantándose para acercase a mí.

Basta, ya tuve suficiente.

-No, no te molestes en acercarte a mí, ya escuché suficiente, adiós -digo y camino rapidamente a la habitación.

-¡Mangel! -dice Rubius desde la sala tratando se acelerar su paso para alcanzarme. Pero llego a la habitación y la cierro con seguro -Vamos, tengo que hablar contigo, por favor Mangel, podemos arreglar esto, hemos pasado por mucho para que esto nos haga pelear.

Pero no respondo, camino hacia la cama y me dejo caer sobre ella.

Ignoro lo que sigue diciendo Rubius y me doy cuenta como unas pequeñas y finas lagrimas recorren mis mejillas.

Me gustaría salir ahí y decirle que lo amo, pero está bastante claro ¿no?, hacerlo significaría que tuviera que elegir y no haré eso, él tiene la posibilidad de ir con su hija y con Azucena si eso es lo que quiere.


Despierto por el sonido del timbre del departamento, me levanto y miro la hora, son las doce de la tarde, dormí bastante a pesar de la noche que tuve.

Camino hacia la sala y noto que Rubius ya no está, ¿por qué no me sorprende?

Voy al interfon para ver quien toca.

-¿Diga? -pregunto pero nadie al otro lado responde -¿Hola? -nada.

Genial, una bromita para empezar el día.

Dejo el interfon en su lugar y veo sobre la mesa un termo una nota. Me acerco y la tomo.

''Te prepare un poco de café, espero te guste, aún no soy muy bueno haciéndolo.
Necesito que hagas algo, por favor.
¿Recuerdas aquella plaza del centro de Madrid donde nos vimos por primera vez?
Te veo ahí''

Vaya ¿quién diría que todo esto iba a acabar justo como empezó?

Destiny (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora