Capítulo 18: Votos.

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* Narrado desde el punto de vista de Mangel *

Despierto abrazando a Rubius por la cintura, no tengo idea de como terminamos en esa posición pero que mejor, pues para ser diciembre no tengo frío aún estando desnudo. No puedo decir que me sorprende, si con solo observar el cuerpo desnudo de Rubius yo... Mi cuerpo suele reaccionar evitando que sienta frío.

Con cuidado quito mi mano de encima de él y me muevo con cuidado separándome. Veo el reloj, aún es temprano, ocho y media de la mañana, así que no voy a despertar a Rubius, estoy seguro que querrá dormir un poco más. Me levanto del sofá-cama y me dirijo al baño. Enciendo la calefacción de camino para que Rubius no se despierte por el frío y porque el solo separarme un poco de mi chico hizo que me recorriera una sensación fría por todo el cuerpo.

Una vez que salgo del baño, voy a la habitación para buscar una cobertor y algo de ropa cómoda que me pongo. Estoy por salir cuando veo mi computador en la mesa, donde lo dejé hace dos días, mientras planeaba como iba a hacer mi regreso a YouTube, supongo que eso ya lo resolvió Rubius. Me acerco y tomo el computador.

Camino a la sala, coloco el computador sobre el otro sofá más pequeño que tenemos y pongo el cobertor por encima de Rubius, cierro las persianas para que no entre tanta luz al departamento que pueda despertarlo, ya que está acostado como mirando hacia el ventanal. Pensaba en preparar algo de desayuno para antes de que despierte mi futuro esposo... Amo como se escucha eso para describirlo; pero en vez de eso se me ocurrió una mejor idea mirándolo así.

Tomo el computador y me siento en el sofá donde había dejado el mismo, para mi suerte el sofá está situado casi en frente de él y puedo disfrutar de mirarlo cuanto quiera.

Enciendo el computador, después abro el buscador y sobre este pongo la idea que vino a mi mente, pero que no tengo ni idea de como voy a hacer: "¿cómo preparar los votos matrimoniales?". Sé que todo esto es un poco apresurado y que parezco una adolescente emocionada y ansiosa porque llegue el día, pero realmente lo estoy, espere al menos cinco años para aceptar lo que soy y para decírselo al chico que tanto amo. Y sé que probablemente no es posible expresar con palabras lo bien que se siente estar a su lado y saber que ahora todo esto es real y es para siempre, pero quiero intentarlo, quiero que ese día él pueda entender lo indispensable que se ha vuelto para mí.

Bueno, con tan cursis pensamientos es probable que pueda escribir los votos más fácil de lo que imaginaba.

Abro un documento de texto y comienzo a escribir todas las ideas que vienen a mi mente, lo de menos es estructurarlas, eso tendré tiempo de hacerlo después.

Luego de un rato metido en el computador, observando de a ratos a ese rostro que me llena de una completa felicidad, el chico delante mío comienza a despertar. Guardo el documento y dejo el computador de lado, no quiero que vea nada de lo que escribí, no de momento.

Rubius sonríe aún entre sueños mientras se remueve un poco.

-Siempre serás mío- dice y abre los ojos, le toma un tiempo acostumbrarse a la luz y entonces se da cuenta de que lo estoy mirando.

-Siempre -le respondo sonriendo.

-¿Estaba hablando dormido? -dice tratando de incorporarse con una gran sonrisa en su rostro.

-Algo así, solo dijiste eso último -digo y me levanto del sofá para recostarme con él -¿con qué estabas soñando? -le pregunto mirándolo.

-Con muchas cosas en realidad, toda nuestra historia -dice regresándome la mirada, una mirada melancólica pero feliz, acompañada de una sonrisa -Cuando desperté y no te sentí pensé que todo había sido un sueño, por un segundo casi me da algo, después pude ver que estaba en la sala y recordé todo lo que vivimos anoche -dice sonrojado.

-Estaría loco como para dejar que todo lo que ha pasado solo sea un sueño. Nunca te voy a alejar de mí, nunca más -digo y tomo su mano.

-¿Alguien está un poco cursi o me lo parece? -dice mirándome, en sus ojos puedo notar su felicidad.

-Me propusiste matrimonio, sería raro que no lo estuviera.

-Cierto -dice, se acerca a mí y deposita un suave beso en mis labios -¿te parece si hoy comenzamos a ver las cosas de la boda?, no sé, definir la fecha y esas cosas básicas.

-No soy el único ansioso al parecer -digo en tono de burla.

-No puedo evitarlo, nunca antes había estado tan emocionado por... Un compromiso -dice sonriendo, yo mejor que nadie lo sé, nunca quiso algo formal con nadie, pero después de trece años lo nuestro ya era más que formal y me encanta que yo sea la excepción a todas las que estuvieron antes.

-Pues hoy no tenemos mucho que hacer... -Joder, había olvidado decírselo -O tal vez si. Hay algo que no te he dicho aún.

-¿Tengo que preocuparme por ese cambio de tono? -pregunta un poco nervioso.

-Es algo bueno, muy bueno. Que no te mencioné en su momento porque estaba demasiado ocupado molesto contigo. Lo siento. ¿Recuerdas el día que llegué tarde, cuando estábamos molestos?, bueno... Michell ya despertó -le suelto y me incorporo en el sofá.

Su gesto cambia totalmente, por unos segundos su cara de confusión es evidente pero inmediatamente cambia a un semblante alegre, demasiado alegre.

-¿Qué? ¿Cuándo?, tenemos que ir a visitarla -dice emocionado -Dime que despertó bien, no hay nada malo con ella ¿no?

-Estaba bien, los médicos dicen que se está recuperando rápidamente, ahora es mucho más fácil que mejore ya que está despierta. Podemos ir a verla hoy, para ver cómo está -digo -Pensé que estarías molesto conmigo.

-¿Molesto? ¿Sabiendo que el día que llegaste tan tarde no te fuiste con alguien más sino que fuiste a ver a Michell?, me estuve preguntando toda la noche dónde estabas y con quién. Saber esto me alivia un poco ¿sabes? -dice con una sonrisa.

-Lo lamento.

-Ni lo digas, fue culpa mía.

-¿Te das cuenta que nos espera un futuro maravilloso? -digo con una gran sonrisa en el rostro y Rubius me mira confuso -No peleamos por esta clase de cosas, nos entendemos el uno al otro.

-Años de práctica -dice riendo -y los que vienen - para toda la vida querrá decir, pues nunca lo dejaré ir -Venga, ¿preparamos el desayuno juntos y después vamos al hospital a verla?

-Me parece un buen plan. También debemos ver el asunto de la custodia de Nerea.

-De eso ya tengo algo resuelto, pero primero vamos a por comida y ya después hablamos de eso, que muero de hambre.

-No sé como te quedaste con hambre después de anoche -digo con mirada insinuativa.

-Hijo de puta -dice riendo con un ligero color rojo en sus mejillas.

Destiny (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora