Capítulo 32: Nuestra hija.

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* Narrado desde el punto de vista de Mangel *

Llegamos al departamento con una caja llena de galletas, o intentos fallidos de las mismas que posiblemente tendré que comerme yo.

-¿Era tan necesario hacer tantas? -le pregunto a Rubius riendo.

-Es que no nos salían -contesta Nerea con una sonrisa tímida. Entonces miro a Rubius y él solo se parte.

No entiendo como no les quedaban unas galletas que son sin hornear, sin son tan fáciles. Sin poder aguantar me descojono.

Camino a la cocina y dejo la caja en la isla, en ese momento escucho el móvil de Rubius sonar. Me dirijo a la sala y ahí está él, con el teléfono en el oído. Nerea se encuentra jugando con Johnny, creo que tomo cariño por los gatos. Miro la hora, son las cuatro de la tarde, en una hora Nerea debe ir con el psicólogo que la está ayudando.

-Papi Mangel -dice ella acercándose a mí. 

-¿Pasa algo? -le pregunto y bajo a su altura.

-¿Hoy puedo no ir con Catalina? -pregunta ella. Caltalina es el nombre de su psicóloga.

-¿Por qué? ¿te hizo algo? -pregunto preocupado, solo va dos días a la semana, a veces tres con ella, pero no lleva mucho tiempo tratando a Nerea, no puedo estar seguro de que sea una buena psicóloga para ella.

-No, ella es un muy linda conmigo, pero me gustaría quedarme con ustedes hoy, prometo ir el jueves -dice ella.

Creo que podemos hacer una excepción este día, ya que faltó a clases, no creo que afecte el hecho de que no vaya a terapia hoy, puede ser un día para pasarlo en familia.

Sonrío al pensar en ese termino que nunca pensé usar.

-Vale, pero mañana a clases y el jueves con Catalina ¿vale? -le digo.

-Vale -contesta animada.

Hace poco que también empezó con las clases de nuevo, las vacaciones duraron poco, pero afortunadamente pudo entrar en este ciclo escolar y no perderlo, porque al parecer, aparte de ser una pésima madre, Azucena no pensaba en pagar una escuela para su hija, eso de que estaba estudiando era mentira, la mayor parte del tiempo Nerea estaba encerrada en casa.

Será un cambio difícil para ella, pero lo está aceptando, es lo mejor y creo que lo entiende.

-Llamaré a Catalina para avisarle, si quieres ve pensando en lo que quieres hacer esta tarde -le digo, tomo el móvil y llamo a la psicóloga, al explicarle ella me dice que no hay problema, solo que procure llevarla el jueves, pero que es bueno que pasemos tiempo con ella, uno de los principales aspectos para que ella olvide lo que pasó es eso, hacerle ver que con nosotros ya no tendrá que pasar por eso, nunca más. Al final se despide y yo regreso con Nerea, Rubius está con ella, se le ve demasiado feliz -¿de qué me perdí? -pregunto a llegar junto a los dos.

-Nos van a dar la custodia -dice Rubius con una gran sonrisa.

-¿En serio? -pregunto sin créemela.

-Necesitamos pasar el examen psicológico, papeleos, algunas encuestas que le harán a Nerea, pero ya no se tiene considerada en adopción y al fin nos quitarán a los vigilantes que tenemos. Tal vez un mes o dos y será todo -dice él.

Sin pensarlo llego hasta él, lo abrazo y lo levanto, para después besarlo, quién diría que esto me alegraría tanto.

-Y ¿qué es eso? -pregunta inocente nuestra hija, los dos nos separamos.

Yo la tomo en brazos y la alzo, ella comienza a reír.

-Significa que todos podrán reconocer que eres nuestra hija y que nunca nada podrá alejarnos de ti -le digo sonriendole.

-¿Me quedaré siempre con ustedes? -pregunta con los ojos aguados.

-Si, será un proceso, tendremos revisiones, pero pasaremos todo, porque te queremos con nosotros -le contesta Rubius.

-Gracias -dice, comienza a llorar y se aferra a mí en un abrazo, solo extiende un brazo para alcanzar a su padre, a mi chico, entonces él también la abraza.

Rubius me mira con los ojos a punto de llorar.

-Eres la mejor persona del mundo -le digo con voz casi inaudible, él se acerca más a mí y nos besamos -la salvaste -le digo cuando nos separamos.

-La salvamos -contesta él en voz baja.

Destiny (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora