Capítulo 33: Algunas cosas no cambiarán.

134 17 2
                                    

* Narrado desde el punto de vista de Rubius *

Tres semanas después.

-¿Esta será la última? -pregunta Nerea cuando tiene que entrar por cuarta ocasión a una entrevista ''de rutina'' para la adopción.

-Eso espero linda, pero no tienes de que preocuparte, aquí estamos nosotros, no nos iremos de aquí sin ti -le digo y una señora la toma de la mano para que entre a una sala colorida, especial para niños, pero que a Nerea no le hace sentir precisamente más cómoda.

Agotado, me siento en una de las sillas frente a la sala, Mangel se sienta a mi lado.

-Tranquilo, no debe faltar mucho -dice él tomando mi mano.

-No me molestaría si solo nos hicieran venir a nosotros, es molesto que tenga que seguir viniendo ella cuando ya dijo todo, y aún más porque a ella no le gusta estar aquí, solo sigue recordandole a su madre y no quiero que en ningún momento piense que nosotros la vamos a dejar -digo agobiado, estoy harto de seguir viniendo aquí, a pesar de que el examen psicológico salió a nuestro favor.

-Y ¿si hablamos con el abogado?, tal vez podamos arreglar algo para que Nerea no tenga que venir tanto -sugiere y lo considero, creo que no perdemos nada, tal vez podamos conseguir un trato.

-¿Recuerdas donde era su oficina? -le pregunto.

-No, pero es el edificio de servicio social, tiene que estar aquí, podemos llamarle y decirle que estamos aquí.

-¿Puedes hacerlo cariño? -le pregunto

-Hacia tiempo que no me decías así -me dice con una sonrisa.

-Lo lamento, últimamente no he sido muy cariñoso contigo. Tú sabes que te amo más que a nada en el mundo, es solo que he estado un poco agobiado -digo y me recargo en su hombro, Mangel extiende el brazo para poder estar más cómodos mientras acaricia mi nuca.

-No tienes que disculparte mi amor, lo entiendo perfecto, que sepas que yo también te amo -dice él y sin quitar su brazo toma el móvil con la otra mano para llamar al abogado, yo me limito a pegarme más a él, amo su cercanía.

Miro el brazo con el que me abraza y puedo ver su anillo de compromiso, es lindo ver que nunca se lo quita, como yo. Lo giro un poco hasta que las iniciales ''R&M'' quedan en la parte delantera.

''Siempre mío'' pienso, adoro ser el chico que puede decirle eso a Mangel. Puedo estar agotado pero estas ganas de ser suyo y que sea mío no se me quitarán nunca. Cualquiera pensaría que el tener una hija te impide disfrutar de las noches con tu seme, pero no, ni cerca. Estas semanas han sido aún más divertidas, tratando de no hacer ruido alguno que pueda despertar a Nerea por la noche, o tratando de provocar a Mangel mientras nos duchamos juntos. O aquella mañana en el cuarto de grabación mientras Nerea estaba en la escuela, amo esa impresora 3D.

Noto como empiezo a sentir un calor recorrer mi cuerpo así que alejo esos pensamientos de mi mente y me incorporo para evitar cualquier ''reacción'' de mi cuerpo.

Mangel termina de hablar con el abogado y me mira.

-¿Te pasa algo? -pregunta él con una sonrisa.

-¿Por? -pregunto confundido, no se habrá notado...

-Estás muy rojo -contesta Mangel con gracia.

-No es nada -digo tratando de evitar el tema.

-¿Nada?, estabas recostado a un lado de mí y te pusiste rojo de repente, para mí eso significa algo claramente -dice mirándome con una sonrisa.

-¿Qué te dijo el abogado? -digo recordando la llamada.

-En la habitación me lo tendrás que decir o mostrar según sea el caso -me dice al oído -dijo que ahora viene con nosotros para hablar de lo que falta y para aclarar dudas, a veces es demasiado formal a pesar de ser tan joven -dice con toda calma al separarse de mi oído.

Como me encanta que sea tan provocativo y a la vez tan calmado, me provoca ponerlo agitado ahora mismo.

-¿Te dijo cuanto tarda? -digo tomando su mano.

-Si, unos diez minutos, entrega unos papeles y después baja, creo que su oficina esta por el cuarto piso.

-Entonces podemos ir a un lugar con menos personas, hay algo que me preocupa y que me gustaría decirte pero no quiero alterarte aquí -digo con tono de preocupación y no es mentira, no por completo.

-El único lugar ''privado'' es un baño -responde él.

-¿Podemos ir? -pregunto con el mismo tono.

-Si, claro mi amor -contesta asustado.

Me levanto de la mano de Mangel, el me sigue y vamos al baño más cercano. Al llegar él entra y después yo, para mi suerte no hay nadie, entonces cierro la puerta con seguro y miro a Mangel.

Destiny (Rubelangel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora