Capítulo 6

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Capítulo 6

"En otras noticias, se an reportado múltiples ataques desconocidos en la capital, se dise qu... Hola niños y niñas hoy en este día les hablaremos sobre...

--hija porque me cambias el canal estoy viendo las noticias

--Papa pero si eso pasas haciendo todo el dia --dise una vos sube de una niña pequeña--

--pero las noticias esta ves están diciendo algo importante

--papi seguro que lo que quieres ver son las noticias, y no a la que los da

--hija tienes diez años, ya estás muy grande para estar viendo programas raros, pero tampoco estas tan grande como para preguntar que tengo con la presentadora

--entonces porque tienes un póster colgado en tu habitación --dijo la niña señalan con el dedos el cuarto de su padre-- y también una camisa de ella...

--porque yo...

--y también una taza que dise "amo a la locutora de las cinco"

--esa taza me la regalaron --dijo el padre apenado--

--y porque tienes un muñeco lleno de aire escondido que se parece mucho a ella

--ah... pues... la uso en la piscina hija...

--pero si no tenemos piscina papi, y no estamos en tiempo como para ir a bañar afuera

El padre miró a su hijo un momento, sabía que no le dejaría ver el programa y mucho menos convencerla de que la muñeca era para primeros auxilios.

--y si te doy una galleta con helado me dejas ver mi programa --dijo el padre muy seriamente--

--no se, tal ves por dos si --poniendo las manos juntas y uno de sus pies en punta para ver a su Papa mientras caía en su trampa--

--esta bien hija te daré tu regalo --volteando los ojos al cielo, sabiendo que no tenía alternativa-- y bien, y el programa.

--lo quiero ahorita papi, si no, no hay programa

El padre la miró un momento, sus ojos tiernos y amables le desían que había perdido, y se dio cuenta que no era cualquier persona quien tenía enfrente, metió la mano en la bolsa del pantalon, sacó un poco de dinero y se lo dio, la niña le regaló un beso de buen perdedor y se fue corriendo a comprar, el hombre sólo pudo pensar dos cosas, la primera que tenía un pequeño monstruo, aprovechado, inteligente, y que haría cualquier cosa para ver a su hija feliz, y la segunda que tenía que esconder las muñecas que no había inflado todavía.

La niña se fue feliz corriendo a una de las tiendas serca donde vivía, agarró los dos helados y se fue donde de regreso a la casa, entre en la casa, pero fue extraño la puerta están abierta, la luz apagada, el televisor en el suelo, las sillas una que otra destruida, y no encontré a mi padre para darle el helado, poco despues llegó un familiar que trabajaba con gente del Gobierno y cosas por el estilo, para ese momento el mundo no había entrado en la guerra de doce lunas llenas todabia, extrañe a mi padre, muchos años, mucho tiempo, por eso te traje aquí, sabes, talves  me podías ayudar, el día que te encontré dijiste tres nombre.

--¿porque no me dices los nombres?

--de nada serviría, actualmente no recuerdas nada, y aunque te los diga aún así no recordarás, te memoria tiene que venir sola, pero miró que lo que son tu percepción, y tu coherencia no se perdieron, supiste que tenía armas, que una no estaba cargada --dijo belinda acomodandose en la cama--

El la miró un momento, su fino abdomen se podía mirar, ya que su camisa se levantó lo suficiente para que las curbaturas dejarán salir un pequeño pensamiento.

Sasha VeinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora