Capítulo 7

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--se dice que sólo fueron doce, pero un rumor dice que en realidad eran trese lunas

--¿un rumor? --dijo mientras separaba sus labios del vaso--

--si, es complicado pero esos mismos rumores explican, que quién lo hizo es el único que sabe. Disculpe señorita --hablándole a la mesera que les atendió anteriormente--

--¿en que les puedo servir? --dijo muy amablementemientras sacaba su libreta de bolsillo--

--me puede traer otra ronda, por favor

--con mucho gusto

--¡otra ronda! --dijo Adaam sorprendido-- sabes que no tengo dinero, ¿verdad?

--si lo sé --respondió belinda tomándose lo último que quedaba en su vaso--

--esta sería la décima ronda, ¿porque haces todo esto?, ¿porque eres tan amable con migo?, no me conoces, no sabes de donde vengo, y me tienes mucha confianza.

--¡no te tengo confianza, sólo te necesito para lograr encontrar a quien estoy buscando¡

En su mirada y sus gestos se podía observar lo molesta que estaba y que no mentia al decir su sólo lo necesitaba para buscar esa persona. Nada tenía sentido, su pérdida de memoria, ella, incluso el echo de quedar inconciente en siertos lapsos de tiempo, y también que su cerveza no tenía sal en la orilla del vaso esta ves.

--me parece justo que me expliques el porque de todo esto --dijo Adaam mientras confirmaba si era sierto que no tenía sal el vaso--

--tu dices que no te acuerdas de nada, y para ayudarme tendré que ayudarte, pero no puedo decirte lo que necesito porque tu lo aras sólo cuando vallas teniendo memoria de tu pasado, y no te sientas tan halagado no me llevo bien con nadie, me incomoda estar con personas, y mas platicar con ellas, pero diré la verdad, con tigo es la única persona que no me siento mal, me atrevo a decir que tienes algo difierente, algo soportable, deja de estar viendo el maldito vaso y tomate la cerveza.

Adaam siguió viendo el vaso, colocó sus labios para poder tomar un poco, el sabor no lo convencía pero eso no impidió que dejará a la mitad el tarro.

--no as respondido mi pregunta, ¿porque?, puedo tener mala memoria pero no soy idiota.

--me creerias si te dijera que me llamas la atención, desir que tu me atrase --belinda sostuvo la mano de Adaam para explicar más lo que quería desir--

--enserio --respondio Adaam con sorpresa-- la verdad, me parecía extraño, que me cuidaras, que hicieras esto por mi, y que lo único que quisieras a cambio es una información que no as decidido decirme para que recupere bien mi memoria, eso para mi... sigue sin tener sentido, entonces no te creo

--tenía que intentarlo

Adaam miró el fondo de su vaso, sus pensamiento se encontraba perdido, y mas sus intenciones, volteó a ver afuera de la ventana, estaba lloviendo y una que otra vez pasaba un automóvil, no apartó su vista de la calle ni del carro negro al otro lado de donde encontraban, el vaso medio lleno en sus manos reventó de la fuerza puesta por sus dedos, Belinda retrocedió un poco sorprendida por lo sucedido y al parecer a Adaam no le importaba, empezó a mascar uno de los vidrios que entrodujo en su boca, todos en el lugar estaban perplejos, al ver que el hombre que miraba la ventana no le prestaba atención a la mujer que cualquier hombre le encantaría estar, Adaam miró con el rabillo del ojo a Belinda, la miró por completo para darse cuenta de la sonrisa que inmunda el rostro de la mujer, el cabello se le movía a una misma dirección por el viento, Adaam la tomó de la cabeza y la sumergió debajo de la mesa, para luego colocarse él, los demás comensales, levantaron el brazo por instinto que no serviría de nada, la camarera que se dirigía a la mesa de Adaam y Belinda, retrocedió de la misma fuerza, y su ropa se empeso a chamuscar al instante como su piel, y su brazo que yo no encontraba en su lugar de origen, así fue para casi todos en el bar, brasos, piernas, cabesas, y otras partes se miraban por doquier, muy poco por no desir ninguno sobrevivió, a excepción de Adaam y Belinda, que no se sabia con exactitud como soportaron.

Sasha VeinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora