Querido diario:
Han pasado muchas semanas desde que te escribí, te he extrañado tanto. Últimamente e encuentro absorta en mis pensamientos, mis calificaciones bajaron, las peleas con mamá se ocasionan por cualquier tontería, no duermo bien y ni siquiera me estoy alimentando bien; creo que lo que me tiene de tan mal ha sido darme cuenta que mi padre no quiere saber nada de mí, - no se ha dignado a llamar estas últimas semanas - creo que enterarte que la persona que más adoras no quiere saber nada de ti es lo peor que puede pasarle a cualquiera.
No sé en verdad que es lo que pasó, él solo dejo de comunicarse conmigo y cada vez que intento contactar con él su celular me manda al buzón; me siento tan sola, él era el único que me alegraba con sus llamadas o mensajes y ahora no tengo nada. Mi madre está al pendiente de todo lo que hago y eso es algo que no tolero, por ello peleamos mucho, le reclamo mi espacio y ella solo dice que quiere ayudarme - gran mentira que se lanza -; pienso que ella es la culpable de la falta de comunicación con mi padre, mas cuando se lo comenté ella solo dijo que mi padre estaba mostrándose como realmente es.
Todo esto está ocasionando que en estas últimas noches volviera a recordar lo que ocurrió hace mucho, - eso que trato de guardar bajo llave - me despierto sudando y respirando agitadamente, y luego de un respiro me pongo a llorar sacando todo mi dolor - o eso intento - recordando que, al igual que ese día, me encuentro sola. Creo que dentro de poco me quedaré sin fuerzas, estoy tratando de mantenerme en pie pero todo se empeña en tirarme al suelo... Quiero que esto acabe pronto.