Querido diario:
Después de tres meses tengo la alegría de poder contarte que alguien nuevo se presentó en la escuela, y no solo eso, también me habló. Todos le dedican miradas extrañas porque se junta conmigo y en algunas ocasiones le he dicho que si no desea ser asechado por las miradas debe alejarse de mí, pero él dice que no le afecta. Es raro que haya tenido que llegar una persona nueva, que no me conoce o me ha tratado con anterioridad para volver a comenzar; él es alguien que me ha hecho volver a sonreír, me hace olvidar mis problemas familiares mientras estoy en la escuela y me ha estado acompañando a mis terapias, es un ser increíble.
Lo conocí hace dos meses, era un día cualquiera y yo pues seguía ignorando cualquier presencia, resumiendo, él noto que era diferente a los demás, que era una persona introvertida y pues... la curiosidad llego a matar al gato. Después de ese día comenzó a hablarme y a sentarse conmigo en el parque al que iba en cada receso; en un principio fue incómodo, pero con el pasar de los días se volvió normal.
Creo que esto que experimento se llama amistad, y creo que es algo especial. Tengo miedo que en algún momento esto deje de ser lo que pienso, que él piense que se encuentra al lado de la persona equivocada y simplemente se vaya; me comportó paranoica al respecto porque lo he experimentado con anterioridad, y no es algo que me gustaría recordar. En verdad espero que dure mucho más... Es una parte de esta vida que no quiero olvidar.
Pd. En estos últimos días no he vuelto a tener esa pesadilla... Las pastillas sirven después de todo.