Aquel día, entre la multitud, te volví a ver y pronuncié tu nombre por lo bajo, deseando que miraras hacia mí.
Pero nunca lo hiciste.
Observé cada uno de tus pasos, el movimiento de tus labios al hablar con tus amigos, tus ojos buscando quién sabe qué.
Deseaba realmente que me buscaras a mí. Me perdí todo el espectáculo porque no pude quitar mi vista de tu cuerpo.
Ahí estabas, de nuevo, con otro corte de cabello, con un aro más, resaltando tu rebeldía, con tu barba un poco más crecida y con la misma postura de siempre.
Anhelé saber si tú corazón seguía siendo el mismo, pero decidí mirar a la nada, observándote a penas por el rabillo del ojo.
Deseé que me vieras y que tus ojos brillaran...Tanto como los míos al verte, aunque sea unos segundos.
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Historias y escritos de amor.
RomanceBreves relatos sobre el amor desde distintos puntos de vista.