No sé quién de los dos está más roto, ni más loco, ni más enamorado.
No sé quién tiene más dolores guardados ni anhelos ocultos.
No sé quién de los dos tiene más amor por dar.
Pero sé que, mientras tus labios recorren mis cuello y mis manos tu espalda desnuda, no existe otro lugar en el que prefiera estar.
Y odio el correr del tiempo, lo detesto. Porque, mientras me besas cinco minutos, en verdad pasó media hora, y cuando terminamos de hacer el amor juro que parecían segundos que se escurrían de mis manos, pero cuando miro el reloj, con nuestros cuerpos tan juntos como nos es posible me doy cuenta que pasaron más de un par de horas, y entonces detesto un poco la relatividad.
Y cuando llega la hora de despedirnos te observo irte, y recuerdo tus palabras HERMOSA, TE AMO. Y también las mías, ME HACES FELIZ.
Vuelvo a mi cama con una sonrisa, porque puedo afirmar que eso sí fue amor, incluso mucho más que eso, y veo venir los problemas del día siguiente, pero no me preocupan, porque sé que cuento con un hombro donde puedo llorar.
Y vos, contas con el mío.
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Historias y escritos de amor.
RomanceBreves relatos sobre el amor desde distintos puntos de vista.