Ichiban tsutekina koto! {FuuKam}

Fuwa Fuwa

Advertencias: Ninguna salvo si no te gusta el BL no leas. OOCness(? Además de estar inspirada por la bella y diabética canción "Fuwa Fuwa" de la señorita Yui Makino y la definición de amor "platónico" la cual reza: amor por conocer y saber de una persona. 

Escuchen la canción, en serio es bella, fluffy y diabética. 

Les dejo un Sehuniee kawaii haciendo aegyo de regalo.

~~oOo~~

Fuuma no era la clase de muchacho que se dejaba llevar por sus emociones. Y no es por que no las expresara, no lo malinterpreten. Ser estoico no estaba peleado con lo amable que es el muchacho. Su mirada siempre resplandecía con generosidad sin embargo, últimamente ha estado exasperado, nervioso y por sobre todo distraído. La culpa la tenían esos bellos ojitos amatistas que no fallaban en presentarse a las 7 de la tarde (a veces un poco antes, a veces un poco después) y la tímida sonrisa con la que pedía el té o café especialidad de ese día. 

El alto muchacho suspiró al ver la hora en el monitor de la caja registradora. Eran casi las 7:15 y aún no llegaba. Fuuma cerraba las 7:30. Las mariposas empezaron a revolotear por todo su cuerpo. Instintivamente dirigió la vista a la entrada (no que tuviera que hacer mucho esfuerzo, el local era diminuto tanto que las mesas estaban situadas a fuera, adentro no cabían), doblado por la cintura sobre la encimera, descansando la barbilla en la palma de la mano, miraba con expresión absorta hacia el lumbral. 

Tal vez no vendrá.

Si Fuuma hacía un balance sobre las emociones que el muchachito despertaba en él eran distintas a las del enamoramiento. La verdad era muy simple: verlo de lunes a sábado durante limitados 15 minutos le alegraban el resto de la tarde-noche hasta el día siguiente para abrir e iniciar con energía.

—¡Buenas noches!

Kamui estaba parado justo en el marco de la puerta. La bufanda colgando por su cuello, las mejillas rojas y boqueaba por aire.

—Erm... ¿aún hay servicio? 

—Buenas noches.  Sip y justo a tiempo—. Soltó el alto girándose hacia la zona dónde los instrumentos estaban, sonriendo ante la mirada cohibida del ojilila. Oyó el suspiro de alivio y aún con la sonrisa pintada en la boca empezó a preparar la orden.

Eran cuarto para las ocho cuando ambos salieron del local. Fuuma ponía seguro a la puerta mientras Kamui sostenía el té negro con especias y leche con ambas manitas esperando a que el otro terminará de cerrar. Una vez asegurada la entrada. Fuuma sonrió al chico. 

— Gracias por esperarme.

—No fue nada —hizo un gesto displicente —. Hasta mañana Fuuma 

—Hasta mañana Kamui. 

No habían apartado los ojos del contrario en ese extraño intercambio de despedidas. Fuuma fue el primero en avanzar hacia su izquierda. Kamui caminó hacia la derecha. 

—Descansa.

—Igualmente.

—Cuídate.

—También tú. 

Fuuma se despidió con un último gesto de la mano que Kamui correspondió sonriendo (o eso pensó el de lentes cuando ojitos  lilas se volvieron dos medias lunas por encima de la bufanda), antes de echar a andar por la calle. Unos metros más adelante no pudo contenerse y su cuerpo se giró para ver la figura del otro cruzando la acera. Kamui estaba bien, algo resfriado pero mañana lo vería nuevamente y eso era más que suficiente para Fuuma. Sonrió una vez más y volvió a tomar el rumbo sintiéndose tan liviano como una pluma.

~~oOo~~

Notas finales:

MUERAN por exceso de fluff. Jugo y galletas horneadas para todoooos!!

*Les avienta una imagen fluffly del  FuuKam de bebés*