Vices and virtues.

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Hola! Long time no read... no tengo excusas salvo que mi computadora es una chatarra.

Bueno, esta NO es la historia en la que he estado trabajando sin embargo siento que los he abandonado mis tocinos así que les traigo este relato que se cataloga como relleno de compensación por su cariño y paciencia.

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Advertencias: BoyxBoy. Menores de edad. PWP

| Suspension |Angry sex?

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Fuuma no era un chico celoso ni posesivo o agresivo. Ni siquiera formaba parte de su naturaleza enojarse, mucho menos con Kamui sin embargo, como todos tenía sus límites y en esos instantes realmente se sentía furioso. Sabía que  coquetear formaba parte de la identidad del más bajito, resultaba conveniente de vez en cuando pero siendo sincero ya estaba harto.

--Fuuma...

--Shh... cállate.

-Pero...

--¡Silencio! --Bramó terminando de ajustar las esposas. --Sabes que no me gusta cuando te pasas de listo --. Se aseguró de que las muñecas estuvieran separadas de forma equitativa y evitar lastimar al menor. Fuuma retocedió un par de pasos para poder observar su trabajo.

Kamui colgaba del pasamanos por las muñecas, separadas para evitar que los bordes se le clavaran en la piel y lo dañaran, además le habia envuelto la cintura con una cuerda que ciñó a modo de columpio, tenía la camisa abierta, sus pies apenas rozaban el piso. El chico era una visión deliciosa. Completamente suspendido en posición vertical.

A pesar de lo molesto que Fuuma se sentia no pudo resistirse. Acortó la distancia entre ambos, reclamando los labios del muchacho en un beso fiero y desmedido. Labios, lenguas y dientes chocando. No tardó mucho para que el fuego de la ira se tornara en el fuego de la lujuria y deseo carnal.

--Vaya, vaya, Kamui eso fue rápido hasta para ti--. Se burló del menor al percibir un pequeño bulto agitarse encima de su propio muslo.

El chico desvió el rostro hacia el suelo mugriento del vagón. Era incómodo estar levitando de esa manera. Ya empezaba a sentir los estragos de las ataduras, la pesadez en sus extremidades y las orillas de los grilletes empezaban a morderle la piel a pesar de estar forradas con.. ¿seda o sería lino? Ese beso había calentado tanto su sangre como su juicio. Sin mencionar que ver a Fuuma iracundo encendía su morboso deseo.

--Esto es para que yo lo goce Kamui, no tú.

El chirrido de la bragueta de sus pantalones hizo eco por las paredes. Un golpe de aire fresco contra la piel caliente de su sexo le provocó escalofríos. Sin darse cuenta había comenzado a resoplar y una gota de sudor resbaló por su sien hasta perderse detrás su oreja.

--Eres mío.

El susurro contra la piel húmeda, el aliento tibio y una mano cerrándose alrededor de sí mismo lo hiceron delirar. Emitió un gemido lastimero, las cadenas repicaron contra el antiguo pasamanos. Elevó la pelvis buscando más contacto.

La mano alrededor de su miembro subía y bajaba lentamente, se enroscaba a su alrededor antes de tirar de este, el pulgar de Fuuma se enredaba cerca del prepucio antes de acariciar la pequeña hendidura en la cabeza del miembro. Tuvo que morderse los labios para evitar gritar. Temblaba erráticamente. Se sentía increíble. Tal vez debía hacer enfurecer a Fuuma con más frecuencia. 

El brazo alrededor de su torso lo ayudó a elevarse, permitiéndole a Fumma un mejor ángulo. Solo distinguía, a través de las pestañas mojadas, la luz coral del atardecer que intentaba colarse por las  ventanas llenas de grafitti, polvo y suciedad de pajaro. Le pesaban los brazos y las muñecas le ardían. Los únicos sonidos provenían del repiqueteo de las cadenas, los húmedos del sexo y los resoplidos de ambos chicos.

--Ya fue suficiente, ¿no crees?

Ha decir verdad no tuvo tiempo de responder. Sólo sintió la poderosa intromisión en su interior, de una fuerte estocada aunque no lo suficientemente dolorosa. Llevar puesto ese buttplug  todo el día servía de algo.

Percibió como Fuuma se deslizaba en su interior, abriendo y cerrando sus paredes... entonces no pudo más. En serio, había intentado no gemir ni gritar, no quería demostrarle lo mucho que lo disfrutaba, también sabía que no había vuelta de hoja, Fuuma sabía que estaba gozandolo así que simplemente se rindió, gimió de una forma exagerada, aguda y animal.

Elevó y bajó las caderas, azotándose contra el par de digitos que lo invadían para preparlo. Escuchó a Fuuma reir, una risa tan grave que sonaba aterradora, antes de clavarle con suavidad los dientes en el cuello, chupar y succionar sobre su pulso. Un maldito chupetón. Fue como si estuviera marcando ganado aunque eso poco le importo. Él mismo siguió empalándose unos cuantos segundos más. La boca de Fuuma halló la suya, sin recato se adueñó de ella también. Mucha lengua, otros tantos mordiscos y varias succiones.

La húmedad del sexo de Kamui, todo aquel líquido preseminal, fue suficiente para lubricarse antes de entrar en el menor. Tomó un poco y lo distribuyó sobre su propio pene. Sujetó la cadera del chico que aún colgaba, ese cuerpo esbelto y liviano facilitaban cualquier tipo de juego sexual cosa que agradecía en secreto.

Espero unos segundos, antes de alinearse con la entrada del muchacho, aguardo unos instantes más hasta que Kamui se había tranquilizado lo suficiente como para notar que estaba por suceder. El chico abrió los ojos, sus ojos lilas llenos de conmoción, deseo y ardor. Había sentido como Kamui temblaba, como su cuerpo se estremecía y sacudía con cada caricia, con cada mordida.

Suficiente preambulo. Ambos se miraron directo a los ojos. El intenso dorado maple contra el suave amatista.

--Eres todo mío, dulzura.

-- ¡Fuuma!

Fue una ráfaga de sucesos. De un solo golpe llenó el interior del chico, en ese instante Kamui  colapsó, el calor explotó desde su vientre, expándiendose para después apretarse, el cuerpo se sacudío que las cadenas trinaran, cada una de sus terminales nerviosas se estremeció arqueandole el cuerpo. Kamui le manchó el pecho además del abdomen a Fuuma con la semilla perlada de su orgasmo mientras los gemidos le llenaban los tímpanos haciendo eco por todo su ser,  junto al aroma a transpiración del sexo  impregnando el aire.

Fuuma no desaprovechó la intensa oleada orgasmisca del otro, siguió embistiendo unas cuantas veces más, usando toda esa ira contenida, liberándola en cada empuje; prolongando así la cresta del climax del otro para sí mismo.

--No vuelvas a pasarte de la raya, ¿entendiste? --Enfatizó cada palabra con un empuje salvaje.

El pequeño aflojó el cuerpo. Kamui estaba agotado, apenas logró asentir. Fuuma no planeaba detenerse ante su inconsciencia. Haría que el muchacho entendiera cuanto lo enfurecía que se excediera aunque este final fuera mucho más entretenido y satisfactorio. Envuelto entre el estupor del cansancio más la descarga de adrenalina Kamui resistió los embates, liberando quedos gemidos mientras respiraba directamente el aliento de Fuuma. Con esos labios tan cerca se dedicó a lamerlos igual que un gatito. 

Afuera del vagón abandonado el cielo ya se había tornado en un terciopelo morado. Unas calles más adelante del baldió la gente seguía moviendose para terminar el día  mientras que dentro del tren abandonado dos chicos sucumbián ante sus peores defectos, sacando el mayor provecho de ellos. 

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Sé que probablemente no deberia subir esto ya que estamos en cuaresma pero...meh. Además sé que no quedó como angry sex. 

Gracias por leer.

No se olviden de votar y/o comentar, por favorsh, tocinos sensuales!! Espero no abandonarlos de nuevo.  

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⏰ Última actualización: Mar 03, 2020 ⏰

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Ichiban tsutekina koto! {FuuKam}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora