NADA ES COMO TÚ [KYUWOOK]

OTOÑO

Soplo
   §

Cuando terminaron su relación todos sus amigos,  allegados y familiares se acercaban a ellos lamentando lo acontecido,  incluso la madre del pequeño pelinegro se acercó a él en medio de un mar de lágrimas diciendo que era una gran pena. Ambos sonreían y con las simples palabras "así tenía que ser, no se preocupen" mataban el tema y no volvían a tocarlo hasta algún otro día que otro curioso por ahí preguntara.

Ryeowook y Kyuhyun habían sostenido una corta, pero intensa relación durante sus días de universidad; ambos eran personas inteligentes,  vivaces y llenos de energía. Se habían conocido en clase  de argumentación, durante un fuerte debate sobre el sistema social de Corea; el cual,  cabe mencionar, ganó Ryeowook sin chistar. Era objetivo,  nunca se dignaba a dejar campo suelto a nadie que le enfrentará y tal tornado pasional arrasó con el castaño,  lo enamoró.

el día de la graduación, aún siendo un día feliz para los dos,  no lo fue. El alto castaño caminaba entre alegatos,  tratando de explicar las razones por las cuales Ryeowook no podía estar hablando con nadie más que no fuera él;  razones que no aceptaba el otro, defendiéndose y diciendo que era un posesivo. Era cierto,  Kyuhyun era impulsivo y celoso, y esas cosas, decía Ryeowook, no las podía aguantar y más cuando él mismo era una persona tan independiente y abierta a los demás.

Ninguno de los dos asistió a la graduación,  todos estuvieron muy preocupados por la falta de Kyuhyun y Ryeowook a la ceremonia, así que después de celebrar el gran evento,  todo él grupo de amigos fue en busca de la pareja; pero no se encontraron más que con una amarga verdad. Ryeowook se había ido y Kyuhyun estaba en la sala del apartamento que compartía con él,  mantenía puesto su traje de ceremonia y bebía vino mientras jugaba algunos vídeo juegos.

—¡es una locura! ¡¿acaso no se aman?!— había gritado Heechul,  uno de sus mas fieles compañeros; él era un hermoso chico de piel blanca y cabello negro que se destacaba por decir siempre lo que pensaba.

Sí, Jamás lo aceptaron,  era imposible que ambos hubiesen acabado con una relación que prometía un futuro juntos. Leeteuk, el mayor del grupo de amigos,  era el más impresionado de todos,  hablaba fuerte a Kyuhyun y le pedía salir en busca del pelinegro, pero el castaño solo lo miró y dió un último sorbo a su copa de vino,  vino que bebería en la cena de celebración junto a Ryeowook.

—“Hyung,  lo hecho, hecho está”

Fue lo único que contestó para continuar lo que estaba haciendo; no lloró, no se quejó, ni siquiera presentó ningún síntoma de estar mal ante lo acontecido,  solo continuó y aceptó la realidad. Para todos eso daba más miedo que cualquier tipo de crueldad que pudiese hacerse en medio de un arranque de locura. Él debía estar herido.

Ryeowook había vuelto a casa de sus padres en Incheon,  cuando estos volvieron de Seúl,  asustados por no haber visto a Ryeowook en su ceremonia de grado,  se llevaron la gran sorpresa de que su hijo estaba poniendo la cena para los tres.

—“El chico tendrá sus razones mujer, no llores”

Consolaba el señor a su esposa; Ryeowook se sentía mal por ello,  pero para él no había más salida,  tenía que suceder porque simplemente no estaba destinado a estar junto a Kyuhyun. Por más que pasaban los días y su madre preguntaba sobre cuándo terminaría con su arranque de orgullo,  este le decía una y otra vez, que todo iba muy en serio,  que jamás volvería a ver a Kyuhyun en cenas familiares y menos recogiendolo para una cita,  que debía aceptar la realidad.

El tiempo pasó,  ninguno volvió a tocar el tema, puesto que después de superar el "amargo" evento, ambos habían decidido continuar con la amistad. Kyuhyun siempre había sido protector con el pequeño y este siempre había sido muy independiente; se divertían entre amigos mientras los días pasaban con calma.