~Bajo el mismo cerezo [Obito y Tú]

Cap.11 || Hola Kakashi ||

Narra ____

El cielo se tornó oscuro, dejando ver una capa de estrellas cubriendo Konoha. Los chicos ya se durmieron, solo quedaba yo. Estaba en lo más alto de uno de los arboles del bosque de la aldea, mirando a ese cielo estrellado.

____: ¿Tú te crees que soy idiota? -pregunté aparentemente a la nada.

Nadie respondió, pero una brisa sopló, moviendo las hojas de los arboles. Unas manos se posaron sobre mis hombros.

Obito: Quizá si, pero eres una kunoichi excelente, casi nadie logra detectarme.

____: Llevas vigilándome desde que salí a la misión, ya empezaba a ser extraño *¿me a llamado idiota?*.

Obito: Me preocupas -me abrazó desde atrás- solo es eso.

Inconscientemente una pequeña sonrisa se formó en mis labios, pero  enseguida la quité al recordar su plan.

____: Obito... -dije mientras seguía mirando las estrellas.

Obito: ¿Qué ocurre pequeña?

____: Tú... ¿realmente me amas? -pregunté en un tono de preocupación.

Obito: -ríe- ¿y eso a que viene? Por supuesto que te amo, eres mi tesoro, mi vida -noté como sus labios estaban cada vez más cerca de mi oreja.

____: Pero piensas llevarte a Kokuo...

Obito se paró en seco.

Obito: Gracias a los bijus completaré mi grandioso plan, no puedo dejarlos pasar.

____: ¿Acaso te importa más un estúpido plan que mi vida?

Obito: Por supuesto que no, si lo hago por ti, para que nadie más te haga sufrir. -se paró enfrente mía- Escucha, cuando ponga en marcha el Tsukuyomi crearé un mundo de paz, sin guerras ni sufrimiento.

____: ¿E-enserio?

Obito: Si, y así volveremos a estar todos juntos, Kakashi, Minato-sensei, tu, yo... Hasta podremos tener una familia, dime, ¿cómo quieres que se llame nuestro primer hijo? -sonrió de lo más tranquilo.

____: Baka... -le di un leve golpe en la mejilla.

Obito: Está bien, está bien -ríe- Bueno princesa, me tengo que ir -se despidió con un rápido beso en los labios- tú solo confía en mí.

Después de esas palabras desapareció, con lo que el llamaba kamui.

____: Bueno... ya casi amaneció.

Sin prisas baje del árbol, acabando al lado de los chicos, los cuales continuaban durmiendo plácidamente.

Sonreí al verlos tan tranquilos... en un día de trabajo.

Activé mi sharingan y de unos golpecitos en el hombro conseguí despertar al peliplata.

Hidan: Ehh... ¿Acaso ya ama...?- con cansancio miró directo a mi dojutsu.

Deidara se despertó por la falta de silencio, incorporándose rápidamente a los planes acordes para hoy antes de que acabase igual que su compañero.

____: Ya veo que estas listo para un arduo día de trabajo, nii-san -dije con una voz dulce.

Deidara: Lo que usted mande ____-sama.

____: Okey, pues dejemos a este aquí atado mientras sigue en el genjutsu. Vayamos a la aldea mientras, tenemos que buscar al jinchuriki.

Deidara asintió. Mientras recogía sus cosas, tome prestada la guadaña del peliplata, y nos dispusimos a marcharnos.