Ojos cegados.
Ojos completamente cegados a la realidad del asunto.
Realmente ninguno de ellos podía pensar que las cosas terminarían así, ni en la más remota y retorcida de sus pesadillas aquel había sido un escenario posible y contra toda posibilidad y lógica ahí estaba Sabo desangrándose en aquella habitación vacía.
Había sido Luffy quien lo encontrase débil y delirante en la puerta del hotel que compartían los tres, enterándose por primera vez de esa habitación contigua gemela de aquella donde dormían él y sus hermanos desde su llegada a aquel lugar. Ahí era a donde sus hermanos habían desaparecido varias ocasiones en esas vacaciones.
Sabo le había pedido que no llamara a la ambulancia, de haber sido Ace quien le encontrara ya estarían en de camino al hospital con el moreno sosteniéndole una de las manos pero así como habían sucedido las cosas el rubio se hallaba tumbado en la cama del hotel, manchando sus guantes de piel marrón con ese extraño liquido viscoso que le escurría del abdomen eh iba dejando huellas de color opaco sobre sus ropas obscuras ¿hacia cuando te tenia aquellos guantes y nunca los había manchado con tanta sangre como ahora? Eran un regalo que Dragón le había hecho tras su iniciación, les cuidaba tanto, pero ahora seguro le tendrían que conseguir un par nuevo, dudaba poder sacar todas las manchas de ellos si pasaba demasiado tiempo.
Luffy había permanecido en la habitación un rato, observándole en extraño silencio, la seriedad en un rostro que comúnmente era todo sonrisas no le perturbo, no tenía tiempo a pensar en ello, la verdad era que si lo hubiera pensado bien quizá hubiera preferido el hospital ¿Qué tenía que temer de eso? Pero había sido difícil perder el rastro a sus perseguidores con esa herida y los hospitales y clínicas serían los primeros lugares donde lo buscarían. —No le digas de esto a Ace...— Logro susurrar antes de soltar un ronco quejido, doblándose sobre la cama para expandir aquel diseño abstracto y rojizo que se iba formando bajo él en el acolchado con flores.
Su respiración era pesada y caliente, su visión comenzaba a nublarse, no alcanzo a escuchar la respuesta del menor y el sonido de la puerta al cerrarse con llave le pareció de lo más lejano.
Estaba muriéndose, no había duda de ello, la única pregunta real era cuanto tiempo tardaría en terminar de agonizar, no podía llamar por auxilio sin arriesgarse a arrastrar a sus hermanos a ese estúpido problema que jamás debió existir en el primer lugar, porque Sabo había sabido toda su vida que las cosas terminarían así eventualmente, una muerte pacifica no era lo que le aguardaba a una persona como él.
No habría ningún funeral con gente llorando al pie de su féretro ni coronas de flores, debía contarse afortunado si los chicos se tomaban el tiempo a cremar su cuerpo como en alguna ocasión lo había pedido en lugar de lanzarle a la fosa común por la noche como era costumbre.
Koala probablemente le gritaría para tratar de despertarlo como cuando por las mañanas demasiado frías se negaba a salir de la cama, la chica sin embargo tendría suficiente sentido común para no prolongar esa charada por demasiado tiempo, era una mujer lista y entendería que estaba más allá de cualquier salvación de la misma manera que todos en la AR lo estaban, no había salvación para los renegados.
Se preguntaba de manera vaga si Dragón estaría molesto, seguro que si, en esa ocasión no habría premio de consolación o chantaje que valiera, valiente segundo al mando había resultado, una sonrisa sin humor se había dibujado en sus labios, aun con todo y todo no se arrepentía.
Ace no era lo único que tenía, pero era lo único que siempre había querido, no era un simple capricho como Dragón se lo había insinuado aquella noche, aun cuando había puesto de lado tantas cosas por tanto tiempo sabía que valía la pena, porque de haberse quedado aun aquel espacio de tiempo irreal y efímero que había compartido con el pecoso no habría podido ser.
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Heart abduction
Fanfiction"Eres mío, siempre lo fuiste" la posesividad sin límites de un retorcido sentimiento puede llegar a consecuencias un tanto desagradables, un inesperado rencuentro manchado por los celos y la amargura llevan a una situación un tanto extremista, Sabo...