Amor Congelado (Narusasu)

Capítulo 6.

Sasuke congelaba la habitación cada vez más, al forcejear las cadenas, estas se rompieron.

—¡Con cuidado! Es muy peligroso. —escuchó que dijeron del otro lado de la puerta

—¡Empujen con fuerza! —escuchó la voz de la chica que lo visitó

—¡Está congelada!

Solo un rayo de hielo bastó para romper la pared y poder escapar de la celda. Sakura al poder entrar y ver que la habitación estaba vacía frunció el ceño. El rey estaba decidido regresar al bosque.

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A lo lejos, Kiba y Akamaru seguían caminando, una fuerte corriente de viento helado hizo que el chico volteara a ver hacia el reino congelado notando una gran nube que envolvía cada vez más el lugar.

—Naruto... —corrió hacia el reino siendo perseguido por su perro

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En una habitación del castillo, yacía un ahora peliblanco acostado en el piso en posición fetal. Su cuerpo no paraba de temblar.

La puerta empezó a moverse y al abrirse, dio paso a un tierno zorro de nieve.

—¡Na-Naruto!

El zorro se acercó preocupado y rápidamente corrió hacia la chimenea lanzando unos trozos de madera con su hocico. Con una ramita, logró encenderla mirando maravillado el fuego.

—¡Kurama... no te acerques ahí!

El chico trató de levantarse, el zorro al volver en sí, ayudó a Naruto a acercarse al fuego.

—¿Nadie te pudo ayudar? —preguntó preocupado

—No... Kurama... tienes que irte, te vas a derretir por el fuego.

—¡Nop! No me iré hasta no encontrar un acto de amor que te salve. —el zorro se sentó a un lado de joven —¿Sabes de alguien que pueda ayudarte?

—Ni siquiera... sé que es el amor.

—¡Yo si! Amor es... pensar en la felicidad del otro antes que en la tuya. Sasuke se fue de aquí para tenerte a salvo sin importarle el tener que estar solo toda su vida, para él, tu eres más importante que cualquier otra cosa en el mundo.

—¿Sasuke...?

—¿En serio... no te diste cuenta? —su oreja empezaba a caerse, con su patita volvió a ponerla en su lugar

—Ku-Kurama, te estas derritiendo.

—Vale la pena por ciertas personas. —ahora era su rostro el que se caía, sus dos patitas delanteras se encargaron de que no lo hiciera —¡Aunque tal vez no justo ahora!

Una ventana se abrió dejando entrar una fuerte corriente de aire frío, Kurama corrió hacia ella para cerrarla y a la vez consiguió enfriarse de nuevo.

—Espera... ¿qué es eso...? —miró con más detenimiento —¡Son Kiba y Akamaru!... ¡y por allá está Sasuke!

—Kurama, por favor ayúdame a salir, tengo que ir... allá.

—¿Por qué? —el joven solo sonrió y el muñeco captó inmediatamente —¡Ya sé porque es! ¡Vamos!

Ambos salieron de la habitación más rápido al ver como esta empezaba a congelarse, su camino quedó bloqueado en un pasillo cuando varios picos de hielo salieron de las paredes. Al darse la vuelta, el otro lado estaba igual. Su única salida era la ventana.

—¡Vamos Naruto!

Los dos se lanzaron y se deslizaron por la nieve, Naruto al caer, se levantó rápido y empezó a caminar. Kurama estaba hecho una bola de nieve, se sacudió y siguió a Naruto.