Amor Congelado (Narusasu)

Capítulo 4.

Naruto se adentró a un pequeño granero encontrando a aquel muchacho de la tienda.

—¿Qué quieres? —preguntó el chico mirandolo de reojo

—Quiero que me lleves a la montaña del norte. —dijo con tono autoritario

—Lo siento pero no trabajo de guía niñito.

El rubio frunció el ceño al ver la actitud del chico, agarró el pequeño saco con las compras y se lo lanzó al estómago.

—¡Oye!

—Te lo diré otra vez,  llevame... a la montaña... del norte. —cada palabra la decía con total seriedad

El castaño miró el interior del saco encontrando aquellas compras, el perro al lado de él adentró su nariz sacando una zanahoria.

—Por favor... sé como acabar con el invierno.

—Saldremos mañana. —se acostó en un montículo de heno

—Nos iremos... AHORA. —dio media vuelta y salió del granero soltando un suspiro, no está acostumbrado a tener autoridad

Obedeciendo al príncipe, esa noche salieron en el trineo del chico. El perro era bastante fuerte y rápido, capaz de llevar a los dos.

—¿Cuál es tu nombre?

—Kiba, él es Akamaru, ¿el tuyo?

—Naruto... Naruto Uzumaki.

—Bien Naruto, espero que te guste la velocidad.

—¡Adoro la velocidad! —cruzó sus brazos detrás de su cabeza y subió sus pies al borde del trineo

—¡Wo, wo, wo! —bajó los pies del rubio —Lo acaban de lustrar, ¿cresiste en un establo o que? —lanzó un poco de saliva a la madera y parte de esta cayó en la cara de Naruto

—¡Agh!... no... yo crecí en un castillo.

Luego de un poco de camino conversando sobre lo sucedido, el ambiente entre los dos se volvía cálido.

—Y dime, ¿qué puso al rey tan helado de ira? —preguntó mirando al frente con una sonrisa

—Bueno... todo fue culpa mía, quería ayudar a una chica a casarse con él, pero él se molestó y se negó completamente a la boda.

—¡Alto! ¿Querías casarlo con alguien que él ni conoce?

—Algo así, me enojé ya que siempre rechaza a todos, él también se enojó pero se intentó alejar así que lo tomé del guante y...

—¡Un segundo! ¿Querías comprometerlo con alguien que apenas conoció en un día?

—¡Si! Pon atención... —carraspeó suavemente —... pero él siempre anda usando guantes, y yo creí que le molestaba la suciedad...

—¿Qué tus padres no te advirtieron sobre los extraños? —se le acercó más

—Claaaaro que si... pero no creo que Sakura fuera tan extraña.

—¿Ah si? ¿Cuál es su apellido?

—Ammm... es...

—¿Comida favorita?

—Creo que...

—¿Mejor amigo?

—¡Esa la sé! Es...

—¿Color de ojos?

—¡Verdes!

—¿El rey y ella ya tuvieron su primera cena juntos?