Falta un minuto para que las ideas desencajen mi mente
Para que mi mente deshoje el otoño
Buscando un invierno impertinente
Para que el miedo retenga mi retina
El silencio no sea suficiente
Y mi ánima impaciente
Que tanto me suplica
Detenga la vorágine que cuerpo inmóvil no asimila;
Y lloran
Y duelen
No saben que aman ni les sorprende
Y el tímpano no oye o no quiere
Solo teme
Al tiempo que no mira
Al tiempo que le pide que espere
Que dilata y deteriora mi pupila
¿Y por qué no le importa?
Que las lágrimas tengan propia vida
Y morir no quiera la presencia cuyo alma es suicida
Cuyo cuerpo no desvanece
Sino que se hipnotiza;
Y se siente sola
Se desmerece
Hacia fuera fingiendo alegría
Concierne que sería mejor otra vida
Ella diferente y sus actos libres contemplados por tantos
Lo mucho que disfrutaría
Pierde el tiempo, se carcome
Pues no existe la utopía
Pero harta de ser obsesiva
De nuevo llora
De nuevo duele
Y se pregunta, ¿Cuando dejará de balbucear lo que siente?
¿Cuanto aguantará fingiendo ser corriente?
Todo acabará cuando se derrame el subconsciente
Tiembla
¿Cuanto tiempo le queda?
Ya no se miente
Tal vez un minuto para que las ideas desencajen su mente.