4. Camino

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Según caminaba, el silencio se hacía mas profundo. La mujer desnuda caminaba delante de él, mostrándole la senda de sus pasos mientras Pete, magnetizado, avanzaba tras ella; el sudor perlaba su piel tersa, y bajo aquella luz roja asemejaba una escultural venus engarzada de rubíes. El paisaje no cambiaba, todo era lo mismo, rocas, montañas irregulares en el horizonte, arena roja y cielo escarlata, no parecía llevarle a ningún sitio, simple parecía querer tenerle embelesado hasta la extenuación.

De repente, el paisaje se oscureció. Fue un gradiente de rojo al mas profundo negro azabache, y aún así, era capaz de distinguir el mismo páramo que conocía: el suelo se ennegreció, al igual que las rocas, el cielo, y la mujer, los rubíes fueron convirtendose en perlas negras, a la vez que jirones de su piel se despegaban del músculo y caían formando oscuros coágulos a sus pies. Su cara se deformaba por momentos en una horrible mueca de dolor a la vez que veía surgir unos horribles y viscosos apéndices de todos los orificios de su cara. Pete pareció perder el equilibrio y caer a un fondo abisal, cayendo lentamente, la tierra había desaparecido de debajo de sus pies y todo cuanto le rodeaba le seguía en su descenso, compañeros de una maldición que no podía comprender. En su caída, vio a pocos metros suya la horrible cabeza de la mujer, una medusa sin orificios faciales.

Era nuestra Tierra, era nuestra, y ahora todo es oscuridad, no queda nada Pete, solo tú...

La explosión hizo caer de bruces a Pete. Antes de que pudiera disipar la nublada vista, ya estaba desenfundando el revólver. Poco a poco su visión se fué aclarando, hasta que vió el humo y llamas que surgían de la interfaz principal del laboratorio y las chispas y microexplosiones caían cerca de los pies de Pete, trozos fundidos de metal y cables sueltos volaban por los aires; las luces de alarma giraban enloquecidas a la vez que se activaba el sistema de extinción de incendios, de forma que la espuma comenzó a ser proyectada al foco de las llamas. Pete se arrodilló y echó un vistazo rápido alrededor: nada más que el espumoso entorno que hacía del laboratorio un bonito decorado de fiesta navideña; guardó el revólver y preparó el M950 por si acaso mientras se acercaba al terminal de mantenimiento. Tecleó usuario y contraseña y examinó las posibles causas de la explosión, tuvo que haber alguna sobrecarga en alguna parte. El terminal mostró el interfaz como apagado, y en la revisión del histórico de incidencias de potencia no existía ningún pico ni derivación. Sin embargo, la celda de aislamiento 8 no funcionaba, tendría que haber ido dañada por el estallido.

Sin la interfaz, no podría gestionar ni los recursos del laboratorio, ni podría conservar todas las muestras y años de investigación; y la celda 8 se había despresurizado. Tenía que actuar y rápido, no podía esperar mas tiempo, no podía seguir haciendo analisis y comprobando que no hubiera nada peligroso abordo, tenía que zarpar y regresar a la tierra en el módulo.

Una de las características mas destacables de la Astra, era que toda la plataforma estaba constituida por módulos independientes, un enorme enjambre de pequeñas naves apiñadas que constituían una enorme bestia estelar; así, en caso de daños graves en uno de los módulos que pudieran afectar al resto de la plataforma, se desprendía del problema y ya era asunto del infinito universo. Todos los módulos tenían un piloto automático con dos tareas básicas: buscar el sol mas cercano donde hundirse o bien hacer el camino de vuelta a la tierra. Pete no apreciaba su vida demasiado después de lo ocurrido, pero no podía permitir que los pocos supervivientes se convirtiera en pasto de llamas solares. Iría a la Tierra, a la mierda los protocolos de seguridad.

En el terminal de mantenimiento tililaba un cursor:

usuario: PKenna

contraseña: *********

@Pkenna: sh labdis.bin -tsp

             ***LaboratoryMod disengage starting progress ......................................................................................     . Please input Emergency Protocol Password 49B: **********************

             ***LaboratoryMod disengage will proceed in 2 hours, please seal all chambers in module. 

@Pkenna: sh autovoyage /target Earth

Pete respiró profundamente. Si pulsaba Intro, todo estaría hecho, aún quedaba una cápsula libre para él. Toda la fuerza moral que le había obligado a cumplir su deber de cuarentena estaba difuminándose ante la visión de una salida urgente, no mas mutados, no mas riesgos, solo volver a casa... Todo este tiempo aterrorizado, y nunca le había parecido una idea placentara: su deber era su deber. Pero ahora no quedaba el menor resquicio de distinción entre correcto e incorrecto, protocolo o lo que le salía de las pelotas en aquel momento.

Y como si el destino quisiera jugarle una mala pasada, un hedor entró por sus fosas nasales, y un rugido casi humano surcó todo el laboratorio.

Pete cerró los ojos. Amartilló el M950. Ahora no. Ahora pienso irme, hijos de puta. 

Toma la decisión, Pete. Haz lo que debas.

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