Cuando la nieve deja de caer.

Una sensación familiar: Navidad.

「Primera parte 」

- Cameron.

Ignoraba la voz que pronunciaba mi nombre, me movía en la cama buscando otra posición.

- Cameron despierta.

Sentí como me sacudían sacándome del sueño que me mantenía alejado de toda la realidad.

Veo a mi madre sentada al borde de la cama.

- ¿Qué ocurre mamá? - le pregunté mientras la luz del sol golpeaba la ventana dejando destellos por toda la habitación anunciando que ya es de día.

- Solo venía a despertarte cariño, y a saber como estas después de lo de ayer, quiero decir, ¿Fue raro verdad?

La notaba algo cansada, al parecer no había dormido en toda la noche.

- Tranquila mamá, estoy bien, las cosas van bien por ahora, no tienes de que estar preocupada.

- Lo sé cariño, pero volver a la casa donde creciste se siente tan.. -hizo una pausa- es agobiante, pero a la vez ver toda las cosas que solía usar, los pasillos dónde caminaba cada día, incluso las habitaciones dónde jugaba con mis hermanos, es un poco reconfortante.

Dejo largar un gran suspiro y luego dijo.

- En fin, cariño aquí se levantan temprano, van a hacer las siete así que mejor levántate, estaré esperando abajo para desayunar o ¿Prefieres que te espere para que bajemos juntos?

- No mamá, estoy bien enserio, baja tranquila.

- De acuerdo cariño - acarició mi cabello y se levantó.

Oí la puerta cerrarse, estaba demasiado cómodo en la cama para levantarme, pero debía hacerlo, mi madre no se sentiría cómoda estando sola abajo.

Me levante a pasos torpes, y corrí hacia el baño, me estaba preparando para sentir el agua helada en mi rostro, no fue así, estaba tibia, en casa no tenemos estos lujos, entonces pensé en darme una ducha rápida.

Cuando salí del baño me di cuenta que mi madre me había traído el equipaje, estaba sobre el escritorio, busque ropa y me la puse.

Ya estaba listo para bajar, mi estómago gruñia, así que decidí dirigirme hacia la cocina, cuando salí de la habitación el pasillo estaba vacío, La puerta de Lio estaba entre abierta. Por impulso me acerque un poco ¿Será que esta despierto? Justo en el momento se abrió la puerta de golpe haciéndome saltar.

- Oh Cameron. - Dijo Lío. - ¿Te asuste?

- Si - le conteste mientras me acariciaba el pecho, el se río.- Quería saber si ya estabas despierto.

-Lo estoy, lo estoy - volvió a reír y golpeó mi espalda mientras salia de la habitación, le di el paso libre.- Entonces ¿Tienes hambre?.

No podía mentirle aunque esa pregunta me daba mucha pena.

- La verdad, mucha. - acaricie mi panza mientras bajavamos por las escaleras.

- Genial, la abuela hace unos Wlafles espectaculares.

Cuando llegamos a la cocina Lio me indico que me sentará en la mesada de granito que hay en el centro de la cocina, lo demás se encontraban en la mesa que estaba hacia un costado de la mesada, había un enorme ventanal donde podías apreciar en esta temporada toda la nieva cubriendo el bosque como si fuera un fino manto de tela blanca.

-Buenos días Camarón. - Dijo mi abuela.

- Amm.. Hola. - dije con un poco de vergüenza, todavía no me acostumbro a que todos me claven la mirada cuando entro en la habitación.