Conociendo a Saori ~ Querido Taichi ~

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Taichi

Ya paso una semana desde que Saori tuvo ese incidente, mi madre nos recogió ese día, dio nuestro número de seguro para pagar la factura del hospital, rento un taxi y así llegamos a casa, yo lleve a Saori hasta su hogar y descubrí que no quería llamar a nadie porque su padre estaba de viaje y su hermano estaba estudiando para un examen muy importante para una beca en el extranjero. No comente gran cosa, solo hice algo rápido para que comiera y me fui a casa.

El día siguiente ella no asistió a la escuela pero sorprendentemente no me preguntaron nada, me refiero a Amagi y Kurumada, Amano-san se encargó de informar lo que había pasado, gracias al cielo. Tenma no dijo nada sobre lo que paso en el hospital, le di las gracias y así termino el entrenamiento. Ese día en la tarde la visite y hablamos hasta tarde, sin avanzar nada en el trabajo.

El resto de la semana fuimos juntos a la escuela, salíamos más temprano de lo normal porque ella caminaba más lento y yo debía llegar temprano. Solo así lo pude lograr.

Por eso acordamos que a partir de ahora iríamos juntos a la escuela. Esa noticia me dejo alegre todo el día. Ahora mismo regresamos a casa platicando sobre lo irritante que se vuelve la maestra de geografía en algunas ocasiones. Hoy toca de nuevo en su casa y ya decidimos que comeríamos así que antes de ir a su hogar pasamos a una tienda para comprar los ingredientes.

— ¿Salsa picante o agridulce? — pregunto viendo ambos envases para curry.

— Agridulce — responde tomando el recipiente y depositándolo en la cesta junto al resto de los ingredientes.

A nuestras espaldas había unas chicas de otra escuela, creo que son de la secundaria Kidokawa por el uniforme, normalmente no les prestaría atención pero no dejan de mirarnos con el ceño fruncido. Creo saber porque, este domingo nuestros equipos se enfrentarán y esa secundaria en particular puede llegar a entusiasmarse demasiado en ocasiones.

— ¿Es normal que te observen tanto las estudiantes de otras escuelas? — susurra mientras veía los precios de unas ensaladas en lata.

— Normalmente no, pero el próximo partido es contra su escuela y esa escuela en particular es muy... — ¿qué palabra los definiría mejor sin ofenderlos? — Aficionada — sonreí ante mi palabra. Aficionados el Raimon, ellos son más bien intensos, ganen o pierdan.

— ¿Y no te da miedo? — pregunto con su ceño fruncido.

— Son aficionados, pero la mayoría respeta las reglas — comencé a caminar hacia la caja con la cesta de las compras.

— ¿Es un partido importante? — preguntó al llegar a la caja mientras colocábamos cada cosa en la cinta despachadora.

— Es la semifinal, realmente es muy importante — sonreí.

En cuestión de minutos ya estábamos fuera de la tienda con las compras de camino a su casa.

— Y... — comenzó a decir sin mirarme, prestaba su atención por completo al camino — ¿Esta bien si voy para animarte? — juro que mi corazón se detuvo un momento y creó una sensación increíble en mi pecho.

— Me harías muy feliz si vas — sonreí viendo el camino, conteniéndome para no saltar de alegría.

— Y.... — comenzó mientras sus mejillas se tenían de rojo y me miraba por el rabillo del ojo — ¿Me dedicarás una de tus paradas? — de inmediato mis mejillas se tornaron como las de ella. Si lo pienso bien no tendría por qué avergonzarme, he dedicado paradas a mi madre y algunos amigos "Pero ninguno era Saori" pensé.

No pude contestarle nada porque Amano-san estaba frente a nosotros, no sé en qué momento llego pero hizo que Saori y yo nos detuviéramos frente a ella. Ambas chicas se miraron a los ojos y con una batalla de miradas, asentimientos con la cabeza y negaciones supe que estaban teniendo una especie de conversación. Admiro la magia de las mujeres para lograr comunicarse de esa forma, yo solo lo lograba cuando estaba en el campo de juego y solo para indicar que haríamos un movimiento que ya habíamos planeado antes de que el partido iniciase. En cambio ellas, parecía que su conversación era eterna hasta que Amano-san hizo un último asentimiento con una sonrisa en sus labios y salió disparada del lugar no sin antes despedirse de mí. Mi compañera suspiro cansada.

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