La tercera vez fue cuando Kagami estaba cocinando y Ryo había ensuciado su pañal, por lo que cambiarle el pañal seria tarea del moreno. Había dos problemas. El primero era que el moreno jamás había cambiado pañales, nunca. La segunda era que su sentido del olfato era muy sensible.- Maldición, Ryo. ¿Qué fue lo que comiste? –gruño un muy asqueado moreno, el cual tenia dos pedazos de toallitas húmedas en su nariz creando "tapones" para evitar que pudiera percibir el olor, pero no estaba funcionando.
Intento al menos tres veces limpiarle su trasero pero siempre que lo iba a hacer, le entraba una arcada y se alejaba.
- Lo siento, te amo pero no puedo hacer esto –le hablo al bebé para después dejarlo en su cuna y salir corriendo a la cocina donde su esposo se encontraba–. Taiga, tienes que ayudarme. No puedo cambiar su pañal.
El pelirrojo se le quedo viendo confundido, pues en la cara del moreno se podía apreciar la angustia que este sentía. Soltó un suspiro y dejo la estufa a fuego bajo, para que no ocurriera algún accidente.
- Cuida que no se queme la comida –después de haber dicho eso, el tigre de Seirin se fue hacia el cuarto de su bebé a cambiarle el pañal, lo cual fue rápido pues después de unos 9 minutos este regreso con el bebé en sus brazos, el cual estaba sonriendo.
Se lo entrego al moreno y continuo haciendo la comida mientras el moreno se sentaba con su hijo en el sofá para ver un partido de baloncesto.
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Dos padres y un bebé
FanfictionTodos sabían que el moreno no era especialmente bueno cuando se trataba de cuidar a alguien, pero Kagami quería pensar que cambiaría cuando tuvieran un hijo. Claramente estaba muy equivocado.