Han pasado tres días desde que… bueno, desde que ocurrió todo lo que involucra a Frank Iero, y como decidimos que la banda no se separaría, ya que sería totalmente injusto para los fans, estamos haciendo una especie de “audición” para integrar a un nuevo miembro.
—Te digo que este chico es genial—comento Ray bastante emocionado ante su nuevo descubrimiento de su trabajo no oficial de caza talentos,
—Ya me lo has dicho como treinta veces afroman
Seguimos caminando hasta llegar al estudio de ensayos de la disquera, allí un chico de tez muy blanca de cabello negro que lo hacia parecer más pálido aún tocaba la guitarra, por un momento me imagine a Frank cuando tocaba esa canción, To The End.
—Andy—lo llamó Ray, al aludido puso su vista en nosotros y así pude notar sus innegables hermosos ojos de color azul, muy azules. — ¿Por qué no le muestras a Gerard tu destreza en la guitarra?—sugirió.
Andy asintió y empezó a tocar Na Na Na.
Debo admitirlo este chico toca muy bien, pero se ve demasiado joven, no debe tener más de 22 años, creo que es mucha diferencia de edad si pensamos que todos somos unos treintones.
Cuando terminó de tocar dejo la guitarra aun lado y se acercó a nosotros.
—Soy Andrew Biersack, tengo 21 años—se presentó estrechando mi mano, lo sabía no tiene más de 22 años.
—Tocas muy bien—admití a lo que el sonrió feliz.
—Gracias Gerard—murmuro tímido.
—Ray tenías razón este chico es genial—dije mirando a Ray de reojo, quien sonrió victorioso—Bienvenido a la banda Andy.
Sé que dije que es demasiado joven para tocar con nosotros, pero tienen mucho talento y nosotros necesitamos urgentemente otro guitarrista para seguir con el World Contamination Tour.
Andy nos miró anonada con los ojos apunto de salírsele por la cuenca de los ojos, de la nada nos abrazó a Ray y a mí entusiasmado y repitiendo gracias una y otra vez.
— ¿En cuanto crees que te podremos presentar a los fans?
—Cuando quieran, me sé todas las canciones
—Excelente, será en tres días— Le informe aliviado, ya que acabo de perder un peso sobre los hombros, él de encontrar un nuevo guitarrista y enseñarle todas las canciones.
— ¿Podrían llamarme Andy, por favor?—pidió tímido.
—Claro—concedió Ray.
—No hay problema—estuve de acuerdo.
En ese momento entro al estudio una chica que juraría había visto antes, ya que me era enormemente familiar.
Cuando la logre examinarla detenidamente, me di cuenta del parecido. Era idéntica a Frank, pero en versión mujer y más alta, mucho más alta.
Su cabellos, la piel las facciones del rostro, claro está que las de ella eran más finas por ser mujer, pero aún así eran similares a las de Frankie. Sus ojos eran distinto, los de ella son castaños, aunque está más que claro que nunca nadie lograra tener el mismo hermoso color de ojos de ese enano.
—Hola—saludo tímida. —Soy Maggie...—dudo al decir el apellido. —Evans, Maggie Evans.