Termine de limpiar el desastre que yo mismo había hecho por culpa de la rabia, me agache para recoger un trozo de de papel tirado en al alfombra y al girar levemente mi vista note trozos de vidrio roto en el suelo debajo del sillón, me acerque a el y al mirar debajo note que había un portarretrato roto, estire mi mano, con cuidado de no cortarme, y lo saque.
Observe la fotografía que allí se encontraba con melancolía y tristeza a la vez, ya que la éramos Frank y yo con las palmas de nuestra mano unidas en el aire y sonriéndole felizmente a la cámara.
Sonreí con tristeza al recordar viejos tiempos cuando todo iba bien entre nosotros… solo amigos.
— ¿Gee, estás bien?—inquirió Mikey preocupado mientras entraba a la habitación junto a Ray.
Negué levemente con la cabeza.
— ¿Qué sucede?—preguntó Ray también preocupado.
Me levante del suelo y tome asiento en el único sillón de una persona del autobús y le indique con la cabeza que se sentaran en el sillón de color burdeó para tres personas, ellos obedecieron y me miraron expectantes.
— Frank dejo la banda—mi voz sonó monótona, y no quebrada como pensé que se oiría.
— ¡¿Qué?!—gritaron Mikey y Ray al unísono.
— ¡Que dejo la banda maldita sea!—grite furioso.
— ¿¡Porque?!—preguntó Ray aún incrédulo, sin salir del asombro de la noticia.
Le extendí la carta que Frank me había dejado, Mikey la tomó y junto a Ray la leyeron el apenas veinte segundos. Ray fijo su vista en mí, mirándome boquiabierto y con los ojos desorbitados, Mikey me miraba con expresión de ¿culpabilidad?, cuando mi mirada de encontró con la suya la desvió de inmediato y la dejo fija en el suelo.
— Tú sabes algo—no fue una pregunta sino una acusación.
—Si—contestó en un susurro. —Lo sabía todo—continuo en un tono de voz aún más bajo.
— ¿A que te refieres con todo? —Mi voz sonaba como la de un asesino en serie, cualquiera que me oyera pensaría que esto apuntote de cometer homicidio en contra de mi hermano, eso es lo que voy a hace si no me dice la verdad.
—Frank me lo contaba todo, sé que el está enamorado de ti desde hace años y que no te lo quería decir por miedo—dijo con voz suave a causa del remordiendo que le causa no haber previsto que Frank dejaría la banda, conozco a mi hermano menor y sé que cuando de muerde el labio inferior es que tiene un remordimiento de conciencia enorme.
— ¡¿Y porque mierda no me lo dijiste?!—grité aún más furioso que antes, me levante del sillón y en apenas dos segundos ya estaba encima de mi hermano sosteniéndolo con fuerza de la camisa.
— ¡Gerard suéltalo!—me pidió Ray, no hice casi así que él intento separarnos, cosa que logro ya que tiene bastante fuerza, mucha más de la que los demás imaginan,
—Lo siento pero es que…—me disculpe a duras penas ya que no tengo palabras para expresar lo que siento en este momento.
Caí al suelo incapaz de sostenerme de pie y escondí mi rostro entre mis manos, de la nada empecé a llorar haciéndome un mar de lágrimas, lágrimas de rabia eh impotencia por haber perdido a mi mejor amigo.