Padres Adolescentes (Mario Bautista)

Capitulo 23

Nunca fue una gran madre. Siempre me dejaba sola, nunca me escuchaba o trataba de hacerlo, pero a fin de cuentas, era mi madre ¿no? la única que trato de sacarnos adelante después del abandono de mi padre. Le debía mucho, pudo haberme dejado abandonada, pero no lo hizo.
Me miré de nuevo en el espejo (ropa en multimedia) y acaricié mi vientre, yo le daría todo el cariño a mi bebé, todo aquel amor que no recibí de mi madre se lo daría a mi cosito.
-______- vi a Mario por el espejo a mis espaldas- ¿Estas lista, cariño?- preguntó acercándose a mi. Asentí y me di la vuelta para quedar frente a él
-Te amo, Mario - admití y me acurruque en su pecho- te amo en serio
-Yo te amo a ti, linda- besó mi frente y me rodeó con sus brazos.- debemos irnos. -Asentí y mordí mi labio
Tomada de la mano con mí novio bajé las escaleras y ahí se encontraba la familia de Mario, Gloria dándome una sonrisa se acercó a mí y me abrazó, sonreí cuando nos separamos
-Todo estará bien cariño- murmuró Gloria y yo asentí1

Hoy era el funeral de mi madre.

Yo me fui junto con Mario y Isabella, mientras que Gloria y Carlos se iban aparte. Al llegar al cementerio vi la cantidad de gente que había, no era muy poca gente, pero tampoco exageremos.
Mario rodeaba mis hombros con su brazo dándome calor y seguridad, yo llevaba mi cabeza abajo, nadie hasta ese momento me había quería decir la causa de su muerte ¿Tenía algo de malo? ¿Ya estaba muerta, no? mi humor negro no ayudaba en nada. Alcé la mirada, en las sillas se encontraban Mau, Juanpa, Sebas y Paisa. Junto con sus respectivas familias, les sonreí y ellos me la devolvieron, aquí también estaba...
-No puede dejarme ni siquiera en el funeral de mi madre- le farfullé a Mario
-No te estreses no quiero que tengas problemas. Piensa en el bebé- me dijo Mario al ver a Cecilia junto con su padre
Nos sentamos y esperamos a que comenzara la ceremonia para que enterraran a mi madre. Todo esto, pagado por los padres de Mario, claro.
Cuando llegó el momento, no me tuve que tragar mi orgullo, ya estaba desconsoladamente llorando en los brazos de Mario quién acariciaba mi espalda y murmuraba algunas cosas en mi oído para que me tranquilizara
-Lamentamos tu pérdida- había dicho el padre de Cecilia con lástima- y esperemos pronto darle la bienvenida al bebé.- Cecilia me sonrió con hipocresía, no sé que le causaba tanta gracia, ella también había perdido a su madre
-Necesitamos un helado.- murmuré a Mario
-¿Necesitamos?- me miró con duda. Hice une mueca y acaricié mi vientre- vamos, ya- besó mi mejilla y me abrazo por los hombros para salir del cementerio, di mi última mirada atrás. Vendría a visitar a mi madre, claro que lo haría3

(...)

-Creo que me voy a resfriar.- murmuró Mario con la nariz roja y se echó a mi lado. Mi bebé pateó, muy fuerte- ¿Pasa algo?- preguntó al ver que no respondía. El bebé volvió a patear
-Déjalo, habla de nuevo- pedí- parece que le gusta tu voz
-Bueno, tal vez sea niña, a todas les gusta mi voz.- bromeó y yo lo miré mal. Pero el bebé volvió a patear
-Sea lo que sea, puede llegar a ser futbolista- Mario estornudó- te vas a resfriar
-Fue lo que te dije- su nariz tiernamente roja me incitaba a besarla- necesito... sopa
-¿Estas pidiéndome sopa?- reí ante su ternura, parecía un niño pequeño. Besé esa linda nariz y me levante de su cama para ir a la cocina, prepare una sopa de princesas de Disney, no me juzguen, era la única que había- le debes una sopa a tu hermana.- hablé entrando a la habitación, Mario estaba acostado y me veía tiernamente. Me senté a su lado y comencé a acariciar su cabello mientras él comía su sopa.
-Una sobredosis- me dijo Mario de repente
-¿Qué?
-Tu madre... ella murió de una sobredosis- hizo una mueca con los labios
-Iré por más mantas para ti- me levante de la cama y me dirigí a la puerta
-______- me llamó Mario
-No quiero hablar de mi madre, Mario - pedí y el asintió- come tu sopa.- sonreí a medias y salí de la habitación en busca de más mantas.