Capítulo 27

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Comenzamos a empacar nuestras cosas, y ahora con muebles nuevos comprados por Carlos nos encontrábamos "estrenando" casa.

-______, has visto mis Van...- calló al ver mis pies
-Son cómodos- excusé y caminé a la habitación que le habíamos asignado al bebé. La habitación estaba en blanco, y Mario propuso pintarla de amarillo, un color neutro, necesitaba darle vida a esta casa
-Tengo malas noticias.- habló tomando una brocha para comenzar a pintar
-No me espero algo malo de ti, Mario- reí y tomé un rodillo para comenzar a pintar las paredes
-Volveré a la escuela.- soltó de golpe
-¿Cómo por que?- fruncí mi ceño- ¡Mario!- me quejé
-No repetiré año, linda.- beso mi mejilla- la otra noche mi padre sugirió hacer renovar el contrato con unos socios extranjeros, pero ellos dijeron muy molestos que no harían un trato con alguien que no tiene la universidad- rió y siguió pintando la pared
-Entonces... ¿Tendremos que ir a la universidad?- hice una mueca, apenas que me había salvado de Cecilia
-Yo iré.- dijo
-No me quedaré aquí de por vida
-Luego solucionaremos eso, quiero que tú te encargues de cuidar a los niños
-Mario, entiende. No toda la vida vamos a estar juntos ¿Qué pasaría si te llegaras a hartar de mi? No pienses en el futuro,Mario. Pueden llegar a pasar muchas cosas
-¿Me dejarás?- pregunto con un brillo en sus ojos
-Nunca, pero no todo es para siempre, Mario- le dije sin levantar la voz- piensa en mi y en ti- me acerque a él- algunos no duran para siempre- se acercó a mi y me tomó en sus brazos, tenia miedo. Miedo a que un día no despertara a un lado de Mario.

|Ese mismo día en la noche (20 de Junio, ocho meses de embarazo)|

-Mario- reí y me senté sobre él, o eso intenté, estaba más gorda que nunca
-Ayúdame a terminar la habitación- rió y besó mis labios
-De acuerdo, vamos- camine delante de él, palmeó mi trasero dejando la marca de su mano color amarilla, gracias a la pintura
-Marcaste mi pantalón.- le dije
-He marcado otras cosas, pero mejor no recordarlo.- sentí mis mejillas calientes y asentí

(...)

-Mario...- comencé a jadear -Mario.- un líquido corrió a través de mis piernas- ¡Mario!- grité y trate de caminar, pero mis piernas estaban débiles
-Aquí... ¡Mierda!- frunció su ceño y corrió al armario, tomó la maleta que ya estaba hecha y salió de la casa, escuché como encendía el motor del auto y regreso por mí. Me tomó en brazos, aunque no sé como lo hizo y me puso en el asiento de copiloto
-Duele, Mario- me quejé, sentí como algo se rompió dentro de mí y comencé a respirar muy difícilmente
-Ya... espera, casi llegamos.- habló con nerviosismo

‪Narra Mario.

Odiaba ver a ______ tan débil, me dolía ver como ella sufría y yo no podía hacer nada más que conducir torpemente. Cuando llegamos al hospital de maternidad, trate de bajar rápido con _____. No lo niego, ella no es tan ligera como antes, pero la adrenalina y el deseo de que su dolor no existiera más me comían vivo.
-Tendremos que sacar al bebé.- habló el doctor, se llevaron a ______ las enfermeras y yo tuve que pasar a firmar unos papeles
-Pero aún le falta un mes.- dije preocupado al doctor
-Señor Bautista, su hijo no va a esperar un mes.- hizo una mueca y desapareció por el pasillo. Avisé a mi madre por teléfono, llamé a Mau y luego a Juanpa para que avisara a los demás. Caminé a la habitación de ______ luego de ponerme el traje azul, solo escuchaban los gemidos de mi novia. Voy a ser padre.

Padres Adolescentes (Mario Bautista)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora