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Capítulo tres
Algunas personas probablemente se avergonzarían de tener una amigo gay, pero para mi no era un problema. Yo estaba orgullosa de tener un amigo como Simon. Alguien que te entienda y te apoye cuando más lo necesitas, que te sepa hacer reír cuando estás triste, alguien con quien puedes ser tu mismo, alguien con quien puedes burlarte de la apariencia de los que pasan caminando por tu lado como si se tratara de una broma privada.
-Está bien, voy a salir-le avisé desde el probador.
-Sal ya, quiero ver lo sensual que te ves.
-Oye, en serio creo que deberías dejar de calificar a todo como "sensual".
-Y yo creo que deberías salir de allí de una vez por todas.
-De acuerdo.
Inspiré hondo una vez más y salí.
-Te ves jodidamente s...
-No digas sensual.
-Iba a decir "sexy", pero ya que tú lo has dicho, entonces sí, te ves sensual.
-Eres irremediable.
-Pero aun así me quieres-tenía una sonrisa divertida, y no pude evitar imitar su gesto.
-¿Quién te ha dicho semejante mentira? Yo no te quiero. Te amo.
-Ay, me harás llorar. Ahora ve a ese probador y quítate ese conjunto.
-Creía que me veía sensual con él.
-Si no me gustasen los hombres, te juro que en este instante estaríamos haciendo algo divertido en aquel estrecho probador, pero hay que pagar, linda.
-Está bien. Ya regreso.
Me quité el conjunto y volví a ponerme la ropa que llevaba puesta antes. Cuando salí del probador, me encontré con Simon y ambos nos aproximamos a la caja para pagar la ropa.
-¿Vienes a casa?-le pregunté.
-Claro. ¿Cine en casa?
-No veo porqué no.
-Entonces, andando.
De camino a la camioneta de Simon nos entregaron un volante de color amarillo escrito con letras rojas.
LIQUIDO POR CIERRE
3 CAMISETAS OCN $20
3 CAMISETAS MUJER $15
SANDALIAS $10
PANTALONES SURF $15
3 SHORTS $45
"FÉXIDO"
STREET HOUSTON 312
-Si de verdad quieren atraer más gente deberían poner precios más bajos-comentó Simon.
-Déjame adivinar, ibas a comprarte uno de esos pantalones de surf.
-La verdad es que pensaba comprar una docena, quiero que la gente se muera de envidia al ver mis piernas enfundadas en uno de esos. Y además, son ajustados, resaltarán más mi trasero. Daniel se pondría feliz.
-Prometo llevarte algún día.
-¡Eres la mejor!
-Si, si, si. Enciende el auto de una vez, galán.
Hacer cosas de mejores amigos junto a Simon era lo mejor. Era un chico fácil de llevar. Cada momento que pasas junto a él es único.
Una de nuestras actividades favoritas es: "¡Lo has hecho mal!" Por lo general la llevamos a cabo cuando vemos televisión o una película. Mientras vemos una escena, nos ponemos a hacer gestos ridículos o bromas sobre cómo actúan los personajes, y entonces gritamos "¡Lo has hecho mal!"
-Tú escoge la película, yo iré a la cocina a preparar palomitas. Trata de no romper nada en lo que tardo.
-No lo prometo.
Volteé los ojos y solté una risa divertida.
Puse dos bolsas de palomitas en el microondas, y una vez que estuvieron listas las vacié en un recipiente grande. Lo suficiente como para que comiéramos los dos de él. Tomé una gaseosa del refrigerador y serví el líquido en dos vasos. Del aparador tomé unos chocolates. Coloqué todo en una bandeja y con cuidado la llevé camino a la sala.
-¡¿Qué estás haciendo?!-le grité a Simon al ver que tenía un cigarrillo encendido en la boca.
-¿A qué te refieres?
-¡Dame eso!-se lo quité de la mano y lo tiré al suelo. Lo pisé haciendo que se apagara.
-Shea, es sólo un cigarro.
-No, no lo es. No es sólo un cigarro. Es un arma mortal.
-Creo que estás exagerando.
-No, no lo estoy. Esa pequeña cosa es el primer paso que te hará dar otro ,y luego otro ,y luego otro hasta que acabes muriendo. Esto no es un juego, Simon. Si Dios nos ha dado la vida es por una razón, no debes tentar al destino.
-Está bien, ¿sabes? Creo que debes dejar de leer esos libros de romance que compras en el centro. Te están afectando demasiado.
-Prométeme que no lo harás nunca más.
-Shea, yo no...
-Hazlo.
Suspiró e hizo una pausa breve.
-De acuerdo, te lo prometo.
Me acerqué a él y lo aferré a mi con mis brazos.
-Escucha, Simon. Sólo tenía cuatro personas importantes en mi vida. Ya he perdido a una, no soportaría perderte a ti también.
-Te quiero demasiado, Shea. ¿Lo sabes? ¿no?
-Sí, Simon. Lo sé. Lo sé.
-Ahora, dale play a la película.
Solté una risa.
-¿Cuál has escogido?-le pregunté.
-Crepúsculo.
-Y , ¿la has escogido porqué...?
-Robert Pattinson está buenísimo.
-Tienes novio.
-¿Y? Que tenga novio no significa que no pueda admirar al Vampiro Diamante. Me gusta observar a las personas guapas, y hace mucho tiempo decidí no privarme de los placeres más sencillos de la vida. Y este, es uno de ellos.
Me puse de pie y le tendí la mano. Simon me miró extrañado.
-¿Qué?-me dijo.
-Ven, te llevaré a un doctor. Creo que estás mal de la cabeza.
- Es otra forma de decir que he madurado. Aunque más ofensiva, claro. Y, ¿sabes a quién le vendría de maravillas madurar también?
-No. ¿Quién?
-A ti.
-Yo no necesito madurar, Simon.
-¿Ah, no?
-No.
-Entonces, ¿por qué sigues llorando por el idiota de Styles en lugar de seguir adelante con tu vida?
Y yo, por primera vez en mi vida, no supe qué responderle. Aunque en mi mente, la respuesta era más que clara.
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Seguramente en este capítulo una frase les sonará conocida. No se preocupen. Cuando acabe la novela haré un aparte con los Extractos que utilicé o me inspiré.
Espero que les guste el capi :)
Twitter: @mama_wattpad.
Preguntas en comentarios o en el twitter de la nove.
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Mamá Soltera
RomanceHistoria original, todos los derechos reservados. Consultar en caso de Adaptación o publicación en alguna página o perfil.