Capítulo cinco

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Capítulo cinco

Hay cosas en la vida que están destinadas a suceder, que están destinadas a que las recuerdes. Antes solía pensar que Dios hizo que Shawn llegara a mi vida para hacer mis días más alegres. Ahora, no lo pienso, lo creo. Todo ocurre por alguna razón.

-Vamos a ver…este es de la tía Fea-Simon le entregaba otro paquete a Shawn para que abriera.

-Me llamo Ofelia, Simon.

-Lo sé, pero es más difícil acordarse de su nombre cuando se la ve a la cara.-normalmente lo habría reprendido por hablarle así a mi tía, pero hoy necesitaba de alguien que me animara.

-¡Qué joven más encantador!-exclamo mi tía con sarcasmo- Veamos de una vez que hay en el paquete.

-De acuerdo…es un…¡TREN!¡Mira, Shawn!¡Un tren a control remoto!-todos los presentes comenzamos a aplaudir nuevamente, incluido Shawn, y hasta Simon que estaba más que contento con el juguete que le habían dado a mi hijo.

-Es hora de cortar el pastel-avisó mi madre apoyándose como podía en el umbral de la puerta a mi lado.

Me hice a un lado abriéndoles paso a mis tíos y primos, Shawn se fue gateando a toda velocidad a la sala donde soplaríamos las velitas. Cuando estuve por pasar yo un brazo me detuvo: Simon.

-¿Ahora qué quieres?-le pregunté con una sonrisa pícara.

-Mira hacia arriba-obedecí.

-¿Qué?

-Estamos bajo un muérdago, nena. ¿Segura que no quieres…

-Oh, ¡Cállate, Simon!-lo golpeé en el brazo.

Sentí su risa a mis espaldas.

-…Qué los cumplas, querido Shawnie, qué los cumplas feliz….-terminamos de cantar. Mi madre se ofreció a cortar el pastel de chocolate que habíamos ordenado en la pastelería de la esquina. Mientras Shawn se tomaba fotos con sus tíos yo fui por servilletas a la cocina.

Cuando el reloj dio las seis y media de la tarde ya todos se habían retirado. Sólo quedábamos Simon, mamá y yo.  Y por supuesto: el pequeño Shawn.

Hoy era el último día que pasaría junto a Simon. Mañana por la mañana emprendería viaje a Reino Unido otra vez. Mañana por la tarde, todo volvería a la normalidad. A la horrible normalidad.

-¿Qué dices de estás? ¿Cómo me quedan?-dio una vuelta dejándome ver su trasero.

-Igual que todas las demás: increíblemente…ajustadas.

Finalmente me había decidido a traer a Simon a la tienda del folleto del otro día. Apenas llevábamos una hora ahí dentro y él no dejaba de agregar pantalones de surf al carrito de las compras.

-Entonces, las llevaré.

-Pero, Simon. Ya llevas como tres del mismo diseño.

- Y, ¿qué? Si hacen que mi trasero se note hasta Beverly Hills, ¿por qué no llevar variedad?

-De acuerdo. Si tú lo dices.

-¿Qué hora es?-me preguntó desde el interior del probador.

-Son las ocho. ¿A qué hora tenías que estar en el aeropuerto mañana?

-A las seis.

-Perfecto, entonces vamos a pagar esto y nos volvemos a casa. Aún tenemos cosas que hacer.

-¡Espera!

-¿Qué?

-Déjame tomar un par de pantalones más.-volteo los ojos

-Oh, ¡vamos, Simon!

Él rió a mis espaldas.

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Al fin llego el cap!! Perdonen por haber tardado tanto en subirlo. La escuela no me deja tiempo para escribir y cuando consigo abrir la computadora es solo para revisar los mails y esas cosas. 

En fin, espero que les haya gustado el cap y espero que tengan paciencia para cuando suba el otro XD.

Twitter: @mama_wattpad

:D Las amoo

Andy~

Mamá SolteraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora