El probador

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(Parte 1)

Sus manos temblorosas pasaban la aguja delicadamente entre la tela de aquella camisa y esa piel de seda, para estrechar esa cintura. Esa cintura tan fina frente a unos pechos tan generosos. La temperatura del ambiente era alta porque era un probador, pero aumentaba por el calor que emanaba del cuerpo de la costurera. Desde sus entrañas sentía un furor provocado sin querer por la modelo a la que le estrechaba la ropa.
Por debajo de la tela sus dedos tocaron la piel de la modelo y saltó una chispa. Modelo y costurera se miraron a los ojos, una sorprendida y la otra con ardor. En unos instantes la excitación cubrió a ambas mujeres. La costurera cortó suavemente el hilo y se incorporó acercándose despacio a la modelo. Sus caras casi se tocaban, sus ojos encendían la llama de aquellos cuerpos jóvenes y tiernos. La modelo cerró los ojos esperando sentir aquellos labios ávidos y como por arte de magia su deseo se cumplió. Sin rozar sus cuerpos sus labios comenzaron a devorarse tiernamente, con suavidad, pero con un hambre sexual difícil de mitigar tan sólo con esos besos. Así que comenzaron a acariciarse sobre la ropa, al principio con miedo, sin rozar apenas la piel hasta que se desató su fuego.
Ya sin ataduras mentales su ropa fue desapareciendo y sus manos y bocas fueron explorando ambos cuerpos con curiosidad y con pasión...

Ustedes me dicen si continuo el relato.

Señor Prohibido 😈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora