Narra Juan.
— Ana...
Grité. Ella parecía que estaba desmayada. Rapidamente quité todas las cosas con que la sostenía, por último la venda de sus ojos.
— Bella, hermosa ¿Estas bien?
Abrió sus ojos de a poco.
— Si -Susurró- Solo estoy cansada.
Suspire aliviado.
— Me Asusté -Acaricie su mejilla- Ven, date un baño.
La levanté en brazos y la lleve al baño de mi habitación.
— Mientras te duchas te busco una camisa mía y ropa interior.
Le di un beso en sus labios.
— ¿Me traerías algo para tomar? Tengo mucha sed -Sonrió- Y quiero que vengas conmigo.
Sonreí y le di un pequeño Abrazo.
— ¿Agua esta bien? -Asintió- Ya vengo.
Abrió el agua de la ducha mientras yo iba por lo que pidió. Una vez que estaba todo listo, volví a mi cuarto. Le di su agua, yo fui a buscar ropa. Ahora si, fui con ella a la ducha.
— Siento el cuerpo muy pegajoso.
Rió.
— Dame la esponja. Yo te ayudo.
Así lo hizo. Lave bien su cuerpo, ella solamente mi espalda. Fue lo único que le permití.
— Me gusta tu cuerpo.
Murmuró y dejó un beso en mi espalda.
— Pero no puedes tocar. Hoy fue una excepción.
— ¿Y por qué?
— Eh... Porque... No me gusta.
Mentí.
— Pero debe haber una razón para que no te guste.
— Simplemente no me gusta que me toquen, es todo. Enjuagate.
Se puso debajo del agua, quitando el acondicionador que acabo de ponerle.
— ¿Y esa marca?
Señaló mi pecho. Cuando iba a tocar, la impedí.
— Me quemé. Termina de enjuagarte.
Terminó de hacerlo y cerró la ducha.
— ¿Quieres dormir conmigo?
Se quedó viéndome.
— ¿Acaso no dormiremos juntos?
— Mmm... No. No duermo con mujeres. Menos con hombres -Levante una mano- Duermo solo.
Le di una toalla mientras yo ponía una en mi cintura.
— Pero... Dormiste conmigo ¿O me equivoco?
— No, fuiste la primera con la que duermo. En fin, dime que vas a hacer.
— Si te molesta, iré a otro lado.
Refrego sus ojos y bostezo. Suspire.
— Amm... Bien, duerme conmigo, sólo esta noche.
Salí del baño para buscar mi ropa.
— Anabella, toma.
Le di la camisa y ropa interior nueva.
— Cambiate aqui. Yo iré al baño.
Asintió y salio del baño y entre yo. Me puse mis boxers, una camiseta blanca y salí de nuevo. Ella se estaba por acostar. Algo me hizo sonreír, no se qué.
— Ana...
Se volteo.
— ¿Si?
Me acerqué.
— Quería proponerte algo.
Los dos nos acostamos. Ella se quedó mirándome. Le hice una seña para que se acostara En mi brazo. Cuando lo hizo, acaricie su húmedo cabello.
— Dime...
— Mudate conmigo.
Rapidamente me miró y sonrió.
— ¿En serio? Pero... ¿No es muy apresurado?
— Si, en serio. No es apresurado. Además, con el contrato, implicaría que te mudes si o si.
— Lo pensaré...
Di besos en su frente.
— Juan...
Susurró, la mire y sonreí.
— Dime Anabella.
— ¿Somos novios? No entiendo.
Solte una risita.
— Novios -Acaricie su cadera- Sin flores, chocolates, corazones, anillitos ni amor publico. Es algo de interés comercial que no me interesa.
Me miro como pudo, sus ojos se cerraban.
— Hasta mañana.
— Descansa Nena.
Una de sus manos se posó en mi rostro, haciéndome estremecer. Las imágenes de mamá de aparecieron en mi mente.
Flashback.
— ¡Juan!
— Mami...
Estire mi mano a ella. Veía como se alejaba con un tipo bastante mayor. En una, se zafó y corrió a mi.
— Hijo -Tomó mis mejillas- Yo... Te...
Cayó delante de mi.
Fin del Flashback.
Aparte la mano de Anabella de mi rostro. Ella no tiene la culpa, pero no quiero recordar.
Las pesadillas son Frecuentes con respecto a eso.
Extraño a mi mamá.
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50 Sombras de Londoño. (Maluma)
Fiksi PenggemarTodo ha sido por querer madurar y ser una mujer de golpe.