Capítulo I

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Faltaba poco para que mi avión aterrizara en la ciudad de París. No viajaba allí por gusto, aunque eso no quita decir que no me guste París, el motivo de mi viaje era la grabación que tendría que hacer para una película llamada "Amor de cine". Ésta era la primera película que yo hacía, ya que anteriormente yo sólo había actuado en pequeñas series de televisión, pero nunca en una película. Estaba un poco nerviosa, ya que en dicha película, la protagonista, es decir, yo, tendría que besar a un chico, y claro, yo nunca había actuado para el amor, sólo para la comedia. Ésta película sería muy importante para mi carrera como actriz, ya que sería la primera, y obviamente, no la última. 

El avión aterrizó haciendo que me despertara, ya que estaba adormilada un poco, me sobresalté un poco y abrí los ojos. «Señores pasajeros, su viaje ha terminado. Pueden bajar del avión» se oyó la voz de una mujer. Me levanté y me dirigí hacia la salida, no sin antes colocarmes mis gafas de sol. Puse un pie en el primer escalón para bajar, me detuve en la mitad de la escalera y contemplé el bello paisaje de atardecer que me ofrecía la ciudad de París, tras unos segundos asombrada por aquel bonito lugar, bajé al fin las escaleras y comenzé a andar. La primera escena de grabación para la película sería el viernes por la mañana, hoy era jueves, entonces decidí relajarme un poco en mi nueva casa de París, bueno, casa, más bien un chalé alquilado. 

Dicho esto, alquilé un chalé lo suficientemente espacioso para una persona. Era realmente bonito y tranquilo, tenía una cocina medianamente pequeña, un salón grande y 1 habitación con cama de matrimonio. Me gustaba bastante aquel chalé. Deshací todas las maletas y me senté en el sofá a ver la televisión. Puse las noticias. 

«El famoso actor Niall Horan, protagonizará la película "Amor de cine" junto con la bella actriz Scarlet Usher, que se estrenará próximamente en cines.» Vaya, he salido en la tele, pensé. La verdad, es que tener que besar a ese tal Niall Horan no me parecía tan mala idea después de haber visto su imagen en la televisión. Era bastante guapo, y muy atractivo. Pero después de todo, yo no quería pareja, estaba bien así por ahora. 

Ya era mediodía y yo emepezaba a tener hambre, estaba un poco cansada del viaje, por lo que no tenía suficientes ganas de prepararme comida. Entonces decidí pedir una pizza y esperar a que me la trajeran. Minutos después, la puerta sonó y me levanté a atenderla. Una chica de pelo rubio, ojos azules y una sonrisa preciosa, sostenía la caja de la pizza.

—Buenas —me saludó sonriente—. Aquí tiene su pizza —me entregó la caja.

—¡Buenas! Muchas gracias —le respondí—. Oye, ¿me das tu número y hablamos, cuando puedas, por WhatsApp?

—¡Claro! La verdad es que me viene bien, soy nueva en París y no tengo amigos por aquí. Me llamo Daisy, encantada —sonrió.

Dicho esto, la chica me dió su número, acto seguido lo apunté en mi teléfono móvil. Se despidió haciendo un gesto con la mano, y se alejó de la casa. Estaba tan hambrienta, entonces decidí abrir la pizza y comerme 2 trozos con un poco de zumo de naranja. Acabé de comer y decidí echarme una larga siesta, así no estaría tan cansada cuando me despertara. Me diigí hacia la habitación de dormir, y entré en ella. Wow, era bastante grande, en el centro se encontraba una cama de matrimonio totalmente preciosa, con dos mesitas de noches a cada lado de ésta. Un poco alejado de la cama, se encontraba un armario empotrado en la pared, y junto a éste, un poco más allá, un amplio escritorio. Me encantaba la habitación, todo era perfecto. 

Después de unos minutos asombrada por aquella habitación, me senté en la cama y noté que era bastante blanda, lo suficiente para dormir plácidamente una siesta. Retiré las mantas a un lado y me metí entre ellas, me acurruqué tontamente y en unos instantes estaba dormida. 

* * *

El sonido de un mensaje retumbó mis oídos haciendo que despertara, no era una llamada, sino un mensaje de texto. Me pregunto de quién sería. Alargué el brazo hasta la mesita de noché, y eché un vistazo al movil.

«¡Hola, soy Daisy! ¿Te gustaría quedar esta tarde para dar un paseo? Un saludo.»

No me parecía mala la idea de dar un pasea por París, siempre fue la ciudad de mis sueños. Me encantaría conocer más de ella, saber más de la cultura francesa, pasear por las hermosas calles de París; la ciudad del amor. ¿Y qué mejor que hacerlo con una amiga? Salí de mis pensamientos y decidí responderle con un “¡Claro! ¡Me encantaría!”. Eché las mantas a un lado, un escalofrío me recorrió el cuerpo de repente. Estábamos en pleno Enero, y digamos que las temperaturas no pasaban de los - 1 Cº, hacía mucho frío, y yo no estaba tan acostumbrada a este clima tan humedo, todo hay que decirlo. En España tampoco era de decir que las temperaturas fueran muy altas, pero sí más que en París. 

Me levanté y, me di cuenta de que las maletas de ropa, aún no estaban desempaquetadas, entonces decidí hacerlo y guardar todas mis prendas en el armario. Después de eso, cojí ropa limpia para ponerme, ya que me daría una ducha rápida para relajarme. Me dirigí hacia el cuarto de baño, y entré. Puse la ropa limpia encima de la cesta de ropa sucia, y la ropa sucia la metí en dicha cesta. Visualizé una pequeña radio depositada en una estantería de cristal de la pared, opté por encenderla y buscar la canal de siempre. Si no se duchaba con música, no era Scarlet Usher. Entré en la ducha, el agua caliente caía por mi cuerpo haciendo que me relajara cada vez más. En la radio sonaba una canción lenta, la cual yo recordaba como mi canción favorita. No sé por qué ésa, pero tenía algo que las otras no tenían, a parte de ser cantada por mi grupo favorito. 

La canción terminó, a la vez que yo terminé igualmente mi ducha. Salí tiritando de la ducha, y corrí a por el albornoz y ponermelo rápidamente, el frío me envolvía el cuerpo. Me sequé el pelo, y lo dejé caer sobre mis hombros. Me vestí, me maquillé, y me peiné. Acto seguido, recogí un poco el baño, y salí de él. Cojí el bolso que se encontraba en el sofá, y cojí las llaves del chalé. Salí de casa y cerré con llave.

* * * 

Llegué a casa cansada, me había recorrida casi toda París visitando sitios, todo era precioso, increíble. No se podía explicar con palabras, aquello era un paraíso de ciudad. Desde monumentos enormes, hasta restaurantes con comida deliciosa. Y la Torre EIffel, qué decir, es impresionante, una vez que subes a lo alto, no quieres bajar, y te entran unas ganas inmensas de gritarlo todo, todo lo que llevas guardado ahí dentro, pero no lo haces, porque tienes miedo a... ¿a qué...?

Caí derrotdada en el sofá, dejando el bolso por cualquier lugar de la casa. 

* * *

Los rayos de sol traspasaban la ventana de mi habitación, haciendo así que me despertara. Abrí los ojos y eché las sabanas a un lado. Me quedé sentada en el borde de la cama unos minutos, acto seguido me coloqué las zapatillas y anduve hasta la puerta. Caminé por el pasillo rascandome la nuca en muestra de sueño, y bajé hacia el salón. Hoy era el gran día, la primera película que haría en mi vida. Estaba bastante nerviosa, en parte por el beso que supuestamente le tendría que dar a ese chico, y en parte por tratar de hacer bien las cosas. Me preparé unas tostadas con mermelada, y un vaso de café.

El móvil emitió el sonido de mensaje de texto. Lo miré y era de los directores de dicha película que empezaríamos a grabar hoy. 

«Hoy, a las 12:00 del mediodía, comienzo de la grabación "Amor de cine", en los estudios que se han sido anunciados anteriormente, no falte.

Atte: Compañía cinematográfica de París.» 

¡Dios mío! ¡Llegaba tarde! «Siempre igual, Scarlet, siempre igual» me gritaba mi subsconciente. ¿Por qué demonios no había puesto el despertador? ¡No puedo llegar tarde!

Tough love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora