Todo el encanto hasta donde alcance la vista.
Por las transitadas calles de Alemania se encontraba él, todavía despistado de las curiosas miradas de las personas más pudientes de aquel mágico y reconfortante lugar. En medio del centenar de luces, iba en su auto color negro, sin prisa. Pero indudablemente ansioso.
Ella, rodeada por magníficas esculturas así como su presencia misma. Revisó minuciosamente cada detalle de su apariencia. Llevando el rojo labial como su mejor arma, lo acercó a su rostro sin antes esbozar una encantadora sonrisa.
Al ritmo de una suave pieza de jazz maniobró con el volante de su auto para poder disfrutar de cada rincón de la bella ciudad. Le encantaba poder ser un gran espectador. Solo faltaba un pequeño detalle, la noche era perfecta y estaba dispuesto a mejorarla. Su blanca sonrisa también quedó al descubierto cuando se permitió encender su habano favorito.
Deslizó sus manos por toda la silueta que poseía. Envuelta en un vestido estilo asiático con el escote muy recatado y el corte a los costados de las piernas. La tela color rojo mantenía un diseño atestado de brocados sutiles que terminaban en una forma que emulaba a un dragón, los filos eran de un dorado brillante y perfecto para el color de su piel.
Frente al Casino de Baden-Baden que tenía fama por ser el más lujoso y codiciado del mundo, abrió la portezuela del auto y lució con total galanura su traje color negro, el abrigo en sus hombros y por supuesto aquel sombrero de copa alta que descansaba inclinado hacia un lado de su oscura cabellera. El habano solo iba por la mitad cuando fue recibido por gratas palabras de bienvenida.
Repasó una vez más su mirada azul y volvió a convencerse de que así era mucho mejor. Su jefe le había dicho que no era necesario usar lentillas ya que el encanto lo tenía por naturaleza, su rostro a pesar de ser muy pálido siempre guardaba leves toques de rubor en sus mejillas y su rubia cabellera lucía bastante larga, brillante y recogido con un simpático peinado acorde al estilo de su indumentaria. No era muy tarde y la copa que yacía a su lado se vació por completo. Delineó una última vez su perfecta figura de curvas pronunciadas y caminó al umbral de la puerta continua, donde se apoyó expectante. Sólo bastaba esperar.
La actitud servil del portero le dio la primera buena impresión.
--Bienvenido, Señor Kuroro Lucifer.
Su voz no titubeó en ningún instante y eso le fascinó, así no podía dudar que no se equivocó en su decisión de hacer un largo viaje. Como respuesta, tomó el extremo de su sombrero y lo inclinó escasos centímetros hacia abajo. Momento en que se pudo divisar sus oscuros ojos.
Ahora dos personas más le tendían la puerta abierta completamente así que continuó con su majestuosa entrada. Sintiéndose un rey, aquello no le molestada ya que lo era plenamente.
Ella, caminó con un pie detrás de otro por el amplio lugar, en medio de las tenues luces y la agradable música. Se percató de siempre mover coquetamente sus caderas a cada paso, de juguetear sutilmente con su larga cabellera dorada y lo más importante, de sonreír apremiante.
Las miradas se dirigieron hacia ella de inmediato, algunas con sorpresa y otras con mucho deseo. Sí, era justo que quería. Ahora solo bastaba con sentirse más cerca de ellos y así fue como uno de los muchos clientes del mejor casino del mundo se acercó.
Empezaba el juego.
--Muy buena noches, hermosura. –Dijo llegando con apresurados pasos y enfrentándola, preponderante pero como todo un caballero.
--Para usted. –Ella se inclinó delicadamente, dejando caer su cabello a un costado y liberando la piel de su cuello y nuca. Un pequeño regalo para empezar la picante noche.
Él realmente admiró cada centímetro de ella y la tomó de la mano, sin pensarlo; obligándola a mirarlo, aclaró su ronca voz y dijo. –Permítame ser su compañero por esta noche. – Besó su mano con suavidad y lentitud.
Aquel encanto de la dama con rasgos asiáticos era de otro mundo. Por supuesto, ella se sintió complacida pero tuvo que negar solo con un movimiento. –Cariño, ya eh quedado con alguien. –no sonrió pero si entreabrió sus labios. –Pero estoy muy honrada. –divertidamente llevó un dedo a la boca del hombre que sin darse cuenta quedó pasmado y con una expresión patética. –En otra ocasión ¿Bien?--A propósito le dio la espalda y caminó nuevamente con su fascinante movimiento de caderas.
Alejándose de las molestas pruebas y acercándose a su verdadero objetivo.
PRIMERA PARTE...
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SEDUCCIÓN(KuroKura)
FanfictionKuroro Lucifer es un empresario exitoso, ningún extravagante detalle está de más para él. Así es como decide viajar a divertirse solo por una interesante noche. Orgulloso y algo inconforme por su estilo de vida se encuentra con aquella dama en el...