Discusión con el otro

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Y de repente, escuchó su voz:

¡Oye, espera! ¿Que es lo que estas haciendo?

Era yo, pero no entendía lo que estaba diciendo...

—¿A qué te refieres? Si siempre estuviste de acuerdo con esto...
—Nunca lo estuve, solo me mantenías en silencio.
—Eso no es cierto. ¿Me estás mintiendo? Se supone que esto era lo más bueno.
—No es así, y aunque estuviése de acuerdo...¿Desde cuando somos los buenos?
—¡Cállate, jodido bipolar! Siempre que decido algo, tú me haces cambiar.
—¡Es por tu bien! ¿Acaso importa lo que pocos han de pensar?
—Si, si esos pocos son familia. Esa gente a veces no perdona.
—Pero si enserio amas lo que haces ¡Que el resto se joda!
—¡Ja! Si fuera por eso estaría tan lejos ahora...
—¿Vas a decirme que te rendiste hace tiempo?
—No. Pero hace tiempo que perdieron fuerza mis intentos.
—Recuerda lo que ahora has conseguido. ¿Dejarás que todo caiga al olvido?
—¡Ya me traes bien jodido! ¿No comprendes que no hay caso? Mejor salvar lo que tengo, que perderlo en el fracaso.
—¿Es que no lo ves? Ahora estás en el fracaso...olvidalo, total no me harás caso.

Y se fue, y hasta ahora no puedo tomar el timón.
Puesto que en el pasado, fui yo quién mis manos ató.
Y por no herir a otros, terminé haciéndome daño.
Y si mi mundo se desploma, espero me valga de algo.

Rimas cualquiera víctimas de la poesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora