III. THALIA.

556 60 27
                                        

Thalia examina a su hermano con preocupación. Ojeras más profundas y oscuras que el río Estigio le rodean los ojos, la intranquilidad marcándole el rostro. Sus manos se turnan entre juguetear con las correas de las muñequeras de la armadura, y revolverse el ya despeinado cabello con nerviosismo. Ni si quiera le está mirando a los ojos mientras le habla, más distraído mirándose las manos cuando las tiene frente suyo. «Annabeth no bromeaba cuando dijo que jamás le había visto tan alterado.»

Thalia le indica a sus cazadoras con un ademán que sigan a su amiga rubia hacia la cabaña de Artemisa, y ella le echa una mirada significativa antes de retirarse. Cuando se quedan solos, Thalia coge a Jason de un brazo y se lo lleva hacia los campos de fresas en los que aún brilla algo de nieve. ―Jase, ¿qué pasa?

Él se encoge visiblemente al escuchar el apodo, pero ella se preocupará luego de eso. Escucha a su hermano con atención, aunque está bien enterada de lo que pasa. Sabe que Percy y Grover se marcharon antes de que la nieve comenzara a caer, pero el invierno casi acaba y aún no se sabe nada de los semidioses neófitos que debían buscar ni de ellos dos. Y por muy estúpido que suene, por mucho que Thalia se repita no otra vez, ella y Annabeth tienen algo bien claro desde el momento en que discuten la situación por primera vez a través de la cortina de lluvia multicolor de los mensajes Iris; y es que esta vez es diferente. Esta vez nadie se ha evaporado de la noche a la mañana, y no hay dioses a los que culpar por la desaparición de los héroes. 

Los semidioses no están hechos de bronce celestial, y éste no sería el primer (ni el último) caso de mestizos que no regresan tras una misión demasiado riesgosa. Esta vez, las esperanzas de una explicación divina son inexistentes. El rostro sereno de Annabeth durante los mensajes de rocío colorido refleja lo que Thalia puede ver hoy en las caras de los semidioses veteranos del campamento: resignación.

Todos excepto Jason, por lo que parece.

Thalia recuerda haber visto la misma desesperación que ahora cubre el rostro de su hermano en las caras de sus amigos años atrás, en la suya propia al ver sus facciones longevas y constantes reflejadas en el agua. Es como si tuviera esa expresión grabada con fuego celestial en las retinas, esa desesperanza que alguna vez portó Annabeth ahora bajo el uso de Jason. Sin embargo, por mucho que odie verla de nuevo, Thalia no tiene ni la más remota idea de qué es lo que espera Annabeth que haga la cazadora para solucionarlo.

"Es tu hermano, Thalia." Le había dicho, como si ella no estuviera plenamente consciente de ello. Su hermanito. «Mi Jason», a quien había dado por muerto durante casi diez años. (O quizá menos. Puede que más. Es difícil de decir después de haber pasado tanto convertida en un pino y otra eternidad estancada en el cuerpo de una niña de quince años.)

"Yo ya no sé qué hacer, Thalia. No... Yo no puedo pasar por todo esto otra vez. Sólo necesito que hables con él. En persona."

Pero aún no sabía qué hacer. Aquí estaba, arriesgándose el pellejo y el de las cazadoras que vinieron con ella bajo el dudoso permiso de Artemisa, y no tenía ni la menor idea de qué hacer para consolar a su hermano. Ni si quiera tiene claras las razones del tormento de Jason. (Claro que se debe a la desaparición de sus amigos, pero Thalia no logra explicarse qué es lo que hace que Jason sea el único en el campamento que está perdiendo la cordura debido a ello.)

Cuando las palabras de Jason se vuelven incoherencias y tira de las muñequeras con la suficiente fuerza como para hacerse daño, Thalia cubre sus manos nerviosas con las suyas indicándole que haga silencio. Él le mira luciendo conflictuado y tan perdido, y a ella le entran ganas de rodearle con sus brazos y protegerle del mundo, como lo hizo décadas atrás cuando su hermanito trató de mordisquear una engrapadora y se lastimó.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 10, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Paramour ; Jercy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora