Capítulo 8

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Lexa veía como la rubia se acercaba, sabía exactamente cuales eran sus intenciones y le sorprendía no estar apartándola, incluso en su estómago se habían instalado unas mariposas ansiando el beso, cerró los ojos y se inclinó para besarla, en ese momento la puerta de la habitación se abrió, los instintos de Lexa se agudizaron separándose de la rubia y colocándose entre ella y la puerta. Lincoln apareció tras la puerta haciendo que todos los presentes se relajasen

-Quería avisaros de que ya no hay peligro- dijo el chico mirando con curiosidad a Carol, después miró a la señora Griffin y, por último, a Clarke

-¿Que hacemos con ella?- preguntó Lexa inclinando su cabeza hacia Clarke

-Estoy aquí y no soy un objeto- dijo molesta Clarke- Yo no iré a ninguna parte hasta saber si mi madre está bien

-Lo siento- dijo Lexa ruborizándose- pero no puedes quedarte aquí, hasta que no sepamos quien hizo esto y porqué, el que estés cerca de tu madre no solo te pone en peligro, también ella lo esta

-Clarke- Raven miró a la rubia desde su posición al lado de Abby-, yo no me separaré de ella, con cualquier cambio te llamaré para informarte, te lo prometo

-Está bien- dijo derrotada Clarke, se acercó y beso a su madre- Estaré bien mamá, tú solo descansa y recupérate

-Yo he terminado aquí- dijo la enfermera que los había ayudado- ¿Puedo irme? Me gustaría avisar a mis hermanas que estoy bien, seguramente hayan escuchado lo sucedido y estén preocupadas

-Te acompañaré fuera, podrás llamar a tus hermanas, pero debes prestar declaración, cualquier cosa que hayas visto u oído puede sernos de ayuda- dijo Lexa acompañando a la joven a la puerta

-Espera, me encargo yo- dijo Lincoln antes de que saliese-, tienes que quedarte con Clarke

Desde ese preciso momento, la vida de Clarke iba a cambiar por completo y lo sabía, miraba a las personas que estaban en la habitación, hablando de ella como si no estuviera, no podía dar un paso sin el permiso de alguien, se sentó en un sillón, se sentía aún más mareada, ¿cómo había podido cambiar tanto su vida? ¿Por qué alguien querría hacerles daño? Su madre había recibido amenazas anteriormente, sus padres discutían constantemente por ello, pero todo se quedaban en amenazas banales que no pasaban a más, pero su padre había muerto, no era su madre, sino su padre, una bomba en el coche de su padre, ¿quién querría hacerle daño a él? Miró a Lexa y escucho las últimas palabras que le había dicho, si se quedaba junto a su madre la ponía en peligro, ¿es que habían matado a su padre para hacer sufrir a su madre? ¿Era ella la siguiente? Le costaba respirar, sentía los latidos de su corazón muy acelerados, golpeándole los oídos, tenía ganas de vomitar, algo le oprimía en el pecho, corrió hacia el cuarto de baño y cerró de golpe detrás de ella arrodillándose en el suelo y dejando que el nudo de su garganta que amenazaba con ahogarla se disolviera al vomitar, se sentó en el suelo cuando ya no había nada más que pudiera salir, estaba sudando, apoyó la cabeza contra el frio mármol de la pared, agradeciendo el leve frescor que le proporcionaba, escuchó como llamaban a la puerta, pero no tenía ni fuerzas para levantarse ni para responder, miró como se abría mostrando a Lexa que la miraba con preocupación, con gran esfuerzo se levantó del suelo y lavó su cara, llenando su boca de agua y escupiendola, no miró a Lexa, solo miraba el agua correr y perderse por el desagüe, deseando en ese momento poder perderse ella también

-¿Dónde iré ahora?- se atrevió a preguntar Clarke aún sin mirarla

-Se te asignará un piso franco donde permanecerás hasta que todo esto pase- explicó Lexa desde la puerta para dejarle espacio a la rubia

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