Una música lejana se escuchaba en la estancia, las paredes del lugar eran completamente rojas, a su alrededor había toda clase de cadenas e instrumentos de torturas, en el centro de la habitación, de pie, en puntillas, desnuda y encadenada, se encontraba la agente Fiorella, su rostro estaba lleno de golpes, así como parte de su cuerpo donde se podían ver los cortes que diversos tipos de látigos habían hecho estragos. La mujer que estaba delante de Fiore estaba vestida completamente de cuero, sus ojos verdes la miraban con furia, sus cabellos rojos se camuflaban con la pared de la habitación, la mujer levantó el látigo y volvió a golpear a la agente con fuerza, un grito resonó en el lugar
-¿Qué es lo que saben?- preguntó la mujer que portaba el látigo, pero la agente que apenas se mantenía consciente no dijo nada.
La pelirroja levantó nuevamente el látigo, iba a soltar de nuevo un fuerte golpe cuando la puerta se abrió, dejando ver a una mujer de pelo corto y moreno, entro con timidez en el lugar
-Ama Tanya- dijo haciendo que la mujer se volviese- Tenía razón, ella ha llegado
-No sabe nada, mátala- dijo la dominatriz soltando el látigo y dirigiéndose a la puerta
-Ama, ¿podría intentarlo yo?- la mujer agachó la cabeza esperando la respuesta de su señora
-Esta bien Ana, averigua todo lo que sepa- dijo Tanya antes de marcharse
La morena de pelo corto y la agente se quedaron a solas, entre sus ojos entrecerrados, Fiore pudo ver que la mujer que tenía delante tenía unas medias con ligeros, unos zapatos rojos de tacón alto, una minifalda y una camiseta de encaje semitransparente, no llevaba sujetador, por lo que se apreciaba su pecho.
La mujer llamada Ana se dirigió a una mesa, llenó un vaso de agua y ayudó a beber a la agente, después se dirigió a un lado de la pared, soltó un poco las cadenas, permitiendo que Fiore pudiera apoyan ambos pies en el suelo sin necesidad de estar de puntillas.
-La ama Tanya a veces es un poco dura- dijo la mujer pasando una mano con delicadeza por el rostro de la agente, intentando no hacerle daño- No recuerda que a veces el dolor no es necesario- Ana pasó la mano por el pecho de la otra mujer, acariciándolo suavemente, acaricio sus pezones que no tardaron en ponerse duros- Es algo fascinante, ¿no crees? Como a pesar del dolor, el cuerpo puede sentir placer- sonrió al ver el rostro de la agente que desviaba la mirada- ¿No lo crees? Veamos que dice tu cuerpo
Ana bajo la mano tocando directamente la entrepierna de la mujer, notó la humedad que estaba instalada allí, acarició lentamente el clítoris, que se hinchaba cada vez más en cada pequeño roce, agarró una de las piernas de la agente, levantándola, sin previo aviso introdujo dos dedos dentro de Fiore, haciéndole gemir de placer, las envestidas de Ana eran cada vez más rápidas, curvando sus dedos sobre su punto G, besando la boca de la agente, que no la rechazó, al contrario, buscaba con su lengua la de la mujer que le estaba dando placer, desde lo más profundo de sus entrañas un grito salió a la superficie
-Tu cuerpo es una delicia- dijo la mujer sin dejar de penetrarla a pesar de que acababa de correrse
-Para...- pidió la agente entre gemidos
-No puedo, me gusta ese sonido- dijo Ana besando el pecho de la mujer, besando sus pezones endurecidos- Dime, ¿que es lo que saben?
-N...o...
Ana se arrodillo en el suelo, sacando sus dedos y dejando paso a su boca, la mujer era experta, sabía perfectamente que lugares lamer, que ritmo seguir, era como si conociera a la perfección el cuerpo de la otra mujer, que se corría una y otra vez, mientras gritaba de placer, mientras lágrimas de desesperación recorrían su cuerpo
-B...usca...
-¿Si?- Ana dejo de lamer, aunque siguió atormentando el clítoris de la otra mujer con sus dedos
-Buscan a... Tanya...- dijo finalmente la agente
-No fue tan difícil, ¿verdad?- Ana se levantó besando a la mujer. Se alejo unos pasos, hacia una de las mesas, abrió un cajón, miró a la mujer encadenada, aún respiraba con dificultad, sus ojos seguían cerrados, sus piernas apenas la sujetaban, abría caído al suelo de no estar atada, sin pensárselo dos veces, Ana disparó la pistola contra la cabeza de la mujer, el sonido quedó amortiguado por el silenciador de la pistola, limpio el arma y la dejó en su sitio. Miró a la agente muerta, como la sangre caía por su cuerpo hasta el suelo- Que pena de alfombra- comentó antes de marcharse
-Es Cyber, la reina del serrucho- comentó Clarke mientras se sentaba en una mesa
Raven, que iba vestida cómodamente con ropa de cuero, miró a la mujer que estaba en el escenario cantando, con la mirada recorrió el lugar
-¿Conoces a las personas que están aquí?
-Sí, la mayoría son clientes habituales- dijo Clarke mirando el local- Aquella chica- con la cabeza señaló a una bailarina que estaba encima de una mesa mientras otras dos chicas la tocaban-, es Nectardemiel, es su nombre artístico, aunque mientras la atas prefiere que la llames Yadi
-¿Te has acostado con ella?- la voz de Lexa sonó más aguda de lo que pretendía
-No, pero aquí todo se sabe- Clarke sonrió, aunque intentó que no se le notase que por dentro estaba disfrutando ver los celos de Lexa. ¿eran realmente celos? Clarke prefirió no hacerse ilusiones, así que siguió hablando- Las dos mujeres a su lado son Nilari y Rocío, compiten por la atención de Nectardemiel, pero a pesar de aparentar que se odian, terminan follándose allí, sin importar que los demás miren
-¿Qué sabes de ella?- preguntó Raven- La he visto esta mañana junto a los juzgados
-No mucho- Clarke miro a la mujer de la barra, siempre vestida de la misma forma, su chaqueta de cuero y pantalones a juego, era la única mujer del lugar con botas militares- Viene a veces, se toma un par de cervezas y se marcha, no mira a las chicas, no interactúa con nadie, bueno, excepto con ella
-Siempre tan sola- Cyber había bajado del escenario y se dirigió hacia la misteriosa mujer de la barra, la abrazó desde atrás agarrando sus pechos, acariciándolos, la otra mujer no la apartó, solo le dedicó una mirada fría- Vamos Wasp, no me mires así- se sentó a su lado en la barra, acaricio su pierna, subiendo la mano por su muslo, llegando a su entrepierna- Quizás esta noche podría darte lo que tu abogada no te da
-No sigas por ahí- Wasp apretó la mandíbula
-¡¿Esta saliendo con la fiscal?!- Raven se tapó la boca de golpe, todos en el local se quedaron mirándola
La mujer llamada Wasp se levanto, fulminó con la mirada a la rubia y las dos castañas antes de abandonar el lugar
-Muy discreta- le recriminó Lexa
-Debes irte- dijo Clarke a Raven
-No pienso...
-Nos están mirando, si no quieres que parezca sospechoso date una vuelta, tiene que parecer que Lexa y yo estamos liadas- miro a Lexa con una sonrisa- A no ser que prefieras ser tu la que te vayas y Raven con quien me lie
Lexa miraba a la rubia y a Raven, que la miraba con una ceja levantada, Clarke cruzó sus piernas con aire despreocupado, aunque interiormente estaba nerviosa. Al ver que Lexa no se decidía y Raven no se movía se acercó a la segunda mujer, la besó ante la atónita mirada de Lexa, se levantó del tirón, una parte de ella quiso apartar a Raven, otra apartar a Clarke y abofetearla, pero no hizo nada, solo se quedó mirando la escena, como Raven estaba inmovilizada bajo el cuerpo de la rubia, miró hipnotizada como Clarke subía su mano hasta el pecho de Raven, escuchó a su mejor amiga gemir, Lexa se marchó de allí sintiendo que su estómago estaba revuelto, salió fuera un momento, sentía que se ahogaba, necesitaba aire
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Shoot
FanfictionDesde que la vio, Clarke supo que la amaba, pero no se acerco a ella porque era menor de edad, pero al cumplir los 18 años, vio su oportunidad. Lexa Woods la agente del FBI más joven de su promoción, solo ha tenido tiempo para llegar hasta donde ha...