Capítulo 11

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Raven veía discutir a las dos mujeres que tenía delante, la transformación de Rachel había sido completa, no quedaba nada de la mujer coqueta, ahora se la podía comparar con una fiera, no se dejaba acobardar, refutaba todo lo que Abby le decía, la mirada pasó a la otra mujer, con el mismo fuego en sus ojos, su cuerpo curvado hacia Rachel sobre la mesa, aferrando la mesa con fuerza, era una batalla dialéctica. Raven miro a la mujer mayor, recordando el sueño que había tenido, como la había mirado y le había disparado, aun su corazón se aceleraba al recordarlo, no sabía cuando se había quedado dormida, tampoco cuando Abby había salido de la ducha y había leído sus apuntes sobre el caso, la mirada fría que le había dedicado cuando se había levantado sobresaltada, no se había defendido, pero había defendido a su hija, se notaba que haría cualquier cosa por ella, lo que fuese necesario.

Una hora mas tarde parecía que ambas mujeres igual de acaloradas por la discusión había abordado todos los puntos pertinentes, cualquier otro en su lugar se habría aburrido, no era su caso, ver a esas dos mujeres discutir por lo que ellas creían había sido fascinante. Rachel se giro recogiendo sus cosas, sus ojos se encontraron, antes de salir le entregó una tarjeta mientras le guiñaba un ojo.

-Parece que le has gustado- dijo Abby sentándose en su escritorio, ni siquiera miró a Raven

-Es mi trabajo- Raven se descubrió explicándose cuando no tenía porqué hacerlo, se acercó a la mesa de Abby y se sentó en frente de ella, la mirada penetrante que tenía en esos instantes la mujer hacia que se le viese realmente sexy, Raven apartó la mirada y siguió hablando-. En mi trabajo debo tener todos los sospechosos en una lista, aunque sean evidentes que no son culpables, hasta que se demuestra la contrario así debe ser, si se comienzan a descuidar cosas es cuando haces tu trabajo mal, no me estoy disculpando, solo hago mi trabajo, pero si le sirve, no creo que Clarke sea culpable

-Pero si que lo soy yo- Abby apretó la pluma que tenía en sus manos- ¿Es así de simple? Si una persona no llora, ¿es culpable?

-Es algo sospechoso, pero cada persona es diferente, no todo el mundo llora- Raven miro nuevamente a la mujer a los ojos-. Pero todas se sienten devastadas de una forma u otra, usted está preocupada por su hija, pero no se comporta como una viuda

-No soy su viuda- Abby se levanto, se acerco a la ventana y volvió sentándose en la mesa, cruzo las piernas- Clarke no lo sabia, pero su padre y yo dejamos de ser un matrimonio hace mucho tiempo, cuando Clarke confesó que le gustaban las mujeres comencé a investigar, iba a locales de lesbianas, leía libros, terminé sintiendo curiosidad, obviamente no hice nada, era una mujer casada, pero poco a poco comencé a tener fantasías con mujeres, mi propio marido no me ponía nada en la cama, nuestras relaciones fueron cada vez a menos, él se daba cuenta de que no sentía nada, por lo que un día dejo de insistir, se buscó una amante, ¿pero quien era yo para reclamarle nada? Volvía a casa, se preocupaba de su familia, adoraba a Clarke, eramos compañeros de casa que tenían en común lo más valioso que la vida nos había dado, a nuestra hija. Me duele su muerte, más porque creo que fue culpa mía, por mi trabajo, me siento culpable, pero no soy su viuda, no soy quien debe llorarle

Abby se levantó y se sentó en la silla frente a su escritorio, sacó varios papeles y comenzó a trabajar. Raven supo que la conversación se había acabado, por la forma de contarlo, también supo que era a la primera persona a la que le había contado que le gustaban las mujeres

***

La noche había llegado, Octavia acompañada de Lincoln entró en el piso donde se encontraba Clarke, Lexa seguía quejándose por el plan, no veía buena idea que una civil entrase en un antro donde podría convertirse en la escena de un crimen, pero su jefe había dado la orden y ella no podía hacer nada

-¿Lo has traído?- preguntó Clarke cogiendo la bolsa que traía Octavia

-¿Me puedes explicar para que necesitas esto?- preguntó Octavia mirando a su amiga-. Tuve que comprarlo todo, no me han dejado entrar en tu casa, sigue todo acordonado

-Una misión- dijo Clarke sonriendo con satisfacción al ver que estaba todo lo que había pedido

-¿Como una misión?- Octavia levanto una ceja inquisidora, su mirada paso de la rubia a la castaña que estaba sentada en el sofá de brazos cruzados

-Nada importante- dijo Clarke restandole importancia

-Conozco esa mirada- Octavia se puso delante de ella cuando iba a entrar en una de las habitaciones del apartamento- Dime que no vas a meterte en un lio

-Voy a estar bien, además Lexa y otros agentes vendrán conmigo- le aseguró Clarke- Ven ayudame- antes de entrar en la habitación, le lanzo una de las bolsas a Lexa- Ponte esto

Una hora más tarde Clarke salio de la habitación, su pelo estaba totalmente liso, llevaba un corsé muy ajustado en rojo y negro, dejando ver sus exuberantes pechos que sobresalían la mayoría, tapando exactamente por encima de sus pezones, sus piernas estaban enfundadas en un apretado pantalón de cuero, mientras andaba con pasos firmes, las largas botas negras de tacón de aguja resonaban en el suelo. Clarke no se sorprendió al ver que los agentes que estaban en el piso la miraban con lujuria, estaba acostumbrada a ello, lo que no estaba acostumbrada es a ver la sexualidad personificada, paro sus pasos de golpe, disfrutando de la vista, dándole igual parecer descarada, pero esa visión era demasiado buena para desaprovecharla. Cerca de la puerta, intentando tirar hacia abajo su camiseta, y acto seguido, hacia arriba, estaba Lexa, llevaba una camiseta con bastante escote, donde se podía ver un sujetador negro, era lo suficientemente corta para dejar ver todo su abdomen, la agente parecía nerviosa, como si no estuviera acostumbrada a llevar esas clases de camisetas, sus pantalones de cuero resaltaban la longitud de sus piernas, a diferencia de Clarke, sus botas eran cortas.

-¿Y la agente Reyes?- Clarke tuvo que aclararse la garganta pues le había salido ronca

-Esta esperándonos en el coche- Lexa desvió rápidamente la mirada del pecho de Clarke, aunque no pudo evitar que se le notase el rubor de sus mejillas

Ambas se montaron en el ascensor, Lexa se interpuso entre Clarke y la puerta mientras se cerraba, mentalmente se decía que era para protegerla de un posible ataque, pero en el fondo sabía que lo hacía para evitar que los ojos lujuriosos de los dos agentes que estaban en la puerta siguieran mirándola. Se puso a un lado del ascensor, Clarke estaba recostada contra la pared del frente, una sonrisa coqueta estaba dibujada en su rostro

-¿Has ido alguna vez a un sitio como el Cat hot?- preguntó Clarke mirándola directamente

-No

-¿Crees que estarás a la altura?- Clarke se acercó lentamente a ella, encajando una pierna entre las piernas de Lexa, cuando ésta puso ambas manos entre sus cuerpos, de un rápido movimiento Clarke le agarro las muñecas levantándolas por encima de su cabeza- Donde vamos estarás a mi merced, estaré al mando, así, tal como estas ahora- Clarke besó el cuello de Lexa, le dio un pequeño mordisco y antes de separarse lo lamió.

Lexa cerró los ojos, sabía que podía apartarla con gran facilidad, pero su cuerpo no le respondía, sentirla tan cerca hizo que sus piernas le temblase, sus labios en su cuello hizo que se mordiese el labio, al sentir el mordisco no pudo evitar soltar un gemido. Las puertas del ascensor se abrieron, Clarke se apartó de ella con una sonrisa triunfante y un brillo en los ojos que reflejaban el deseo. La separación de sus cuerpos hizo que temblase de frio, deseaba tirar de ella y volver a tenerla pegada a su cuerpo, pero sabía que nunca lo haría, era su protegida, debía tener la mente despejada, pero por primera vez en su vida, sintió la incomodidad entre sus piernas, la humedad que urgía que esos ojos celestes la miraran mientras esos labios carnosos besaban su cuerpo. Sacudió la cabeza desterrando esos pensamientos, a pasos rápidos se dirigió hacia la entrada del edificio, pudiendo sentir a sus espaldas la mirada de Clarke

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