Todavía me levanto

Desde ese dia

Y bueno así iba nuestra relación cada vez la rutina nos ganaba, aveces sentía que yo lo cansaba.
No puedo negar que había momentos en los que era inmensamente feliz y me acostaba con una sonrisa en el rostro y mil sueños en mi cabeza.
Pero otras noches dormía con los ojos llenos de lágrimas y deseos de morir.

A pesar de eso lo seguía amando más que a mi misma, y es que solo contaba los días en los que aquel chico me hacía feliz, pero me olvidaba los meses en los que era infeliz.

El era un angel y un demonio a la vez, había veces en las que no lo reconocía, de un momento a otro se transformaba, podía pasar de ser un niño tierno a ser una bestia sin sentimientos.
El era mi niño, mi Teban, como me
Gustaba llamarlo, el me siempre me abrazaba y mirándome a los ojos justo antes de besarme, suspiraba y me decía mi chinita, era la mejor sensación del mundo.
Me sentía culpable y no me cansaba de pedirle perdón, el decía hacerlo pero no era así en cada oportunidad que tenía me hacía pagar todo, se veía que lo disfrutaba, si así es disfrutaba mi sufrimiento.

Una tarde, en la que salimos como de costumbre, mientras platicábamos y reíamos,hasta que mi teléfono sonó, el rápidamente lo tomo y solo con ver la expresión en su cara supo de quién se trataba, Cris, de seguro era un mensaje de el.
- no entiendo por qué debes hablar con el - dijo muy molesto
- pero solo somos amigos, no tiene nada de malo - dije intentando calmarlo
- tú lo miras como amigo, pero bien sabes que el té quiere como algo más -
- no Es lo que tú piensas -
- sabes que haz lo que quieras, yo me
Voy - dijo levantándose
- a donde vamos, arreglemos las cosas-
- no, no tengo nada que hablar -
- por qué siempre haces eso, sale huyendo como si nada te importara- dije casi sin poder contener las lágrimas.
- por qué quizás sea así, y no empieces, que tus lágrimas no me van a convencer - dijo alejándose
Yo solo me quede sentada en aquel lugar, el era diferente, ya nada le importaba.
Aveces pensaba que me odiaba.

En la tarde me busco, me pidió perdón, y como era de esperarse lo perdone, que más podía hacer lo amaba y mi corazón decía que todo esa etapa mala por qué estábamos pasando se iría y volvería a ser tan felices como antes.
Y bueno nos veíamos en el colegio, todos pensaban son la mejor pareja, nos veían tan felices, siempre pasábamos juntos, en los recreos el era mi compañía. Cuando no tenía hambre el me daba la comida en la boca , era como una niña a su lado, me fascinaba sus locuras. Aquellos  momentos deseaba que fueran para siempre pero no era así, las cosas se podían peor, discutíamos por cualquier cosa.
Después salimos, se terminaron las clases salimos de vacaciones, y me sentía peor, ya que continuábamos peleando casi a diario, y ahora sería más difícil  ya que no nos veríamos tan seguido, pero como siempre a el se le ocurrió una loca idea.
En la noche, acostada en mi cama, hablaba con el por teléfono, y de pronto se le ocurrió una locura, como era de esperarse.
- que hicieras si llegara hoy a tu habitación - me dijo riéndose
- estás loco, como vas a entrar - dije riéndome
- pues nose podría escalar hasta tu ventana, como Romeo, y tú serías mi Julieta -
- jaja si como digas Romeo - le dije
- sabes mi ma me está llamando, me tengo que ir amor, te amo chinita Linda noche - se despidió de mi
- está bien amor, mi teban te amo - colgué la llamada
Y me que dormida , hasta que un ruido en mi ventana me despertó, era el, mi Romeo, entro a mi habitación me beso y me dijo por mí chinita soy capaz de cualquier cosa, aquella noche, me acosté a su lado, hablamos de muchas cosas, otra vez volvía a ser como antes, éramos dos niño que se reían de todo y se olvidaban del mundo, dormí entre sus brazos, amaba a este hombre como a nadie.
En la madruga cerca de las 4 cuando todavía estaba oscuro y no había nadie en las calles, se levantó, se despidió de mi con un beso y se fue antes de que amaneciera, pues mi padre podía darse cuenta de su presencia.