Juego Justo

Capítulo 3

-Entonces, vamos a cenar? No sé ustedes pero yo muero por ir de una vez.-Dijo Niall mientras que se limpiaba las piernas un poco.- Y para que quede claro, lo que pesan son mis músculos pequeña.-Dijo antes de guiñarme el ojo.

-Qué músculos? Sinceramente te iba a aconsejar que dejes el gimnasio, ya que al parecer no te está haciendo efecto alguno.-Dije mientras pasaba a su lado, de camino hacia las escaleras y le dedicaba una sonrisa burlona.

-Entonces si no son músculos, cómo es que puedo hacer esto?- Respondió mientras que me alzaba por los aires y me apoyaba en su hombro. Y de repente la única vista que tenía enfrente mío era de la espalda y piernas del mayor de los Horan.

-Niall más te vale que me bajes de una buena vez!- Gritaba y golpeaba su espalda sin parar. -Por el amor de Dios, no es divertido Horan!

-Entonces qué decías? Si fuera debilucho, te podría tumbar en cualquier segundo y rodarias escaleras abajo Dani.- Dijo sin hacer mucho caso de los fuertes golpes que le daba en la espalda.

-Porfavor Niall, bajame de una maldita vez!-Seguía protestando y golpeando. Sinceramente hay demasiadas veces en las que me pregunto si su madurez mental está acorde a su edad, a veces era demasiado infantil para tener 20 años.

-Vamos Nialler, bájala de una vez.- Dijo Harry en tono divertido.

Juro que fue la bajada de escaleras más larga de mi corta vida. Simplemente horrible. A eso hay que añadirle mi terror por las alturas y el hecho de que me encontraba prácticamente de cabeza.

-No hasta que me pida perdón por haberme dicho que no tengo músculos.-Dijo al tiempo que volvía a subir las escaleras.

Bueno Niall mejor si me esperas sentado, porque no lo haré. Dijo mi subconsciente mientras se cruzaba de piernas y brazos en un sofá.

-Pero qué demonios! A donde diablos crees que vas Niall? Tenemos que ir a cenar!- Gritaba totalmente frustrada.

-Iremos a cenar si es que cumples mi condición.- Dijo el rubio entre risas.

-Así que eso quieres, no?-Dije mientra alzaba una ceja, no sé ni por qué mierda alcé mi ceja, ya que él no me podía ver, acto reflejo supongo, me parece que la sangre acumulada en mi cabeza por la posición empezó a afectarme.-Tía Maura! Niall no me deja en paz!-Grité a todo pulmón esperando que mis gritos de auxilio se hayan escuchado en la cocina.

Y después de diez segundos, ahí se encontraba mi salvadora, al pie de las escaleras, sin su típica sonrisa amable en el rostro.

Ja, Niall estaba bien jodido ahora.

-Niall James Horan, deja de jugar con la pobre de Danielle de una buena vez para que puedan cenar.- Dijo con una mirada asesina.

-Si mami.-Dijo Niall, para así bajarme de sus brazos segundos después.

Miré a Niall con una sonrisa burlona y le saqué la lengua antes de dirigirme a toda prisa hacia la cocina.

Era más que consciente de la mirada asesina de él, clavada en mi espalda.

Después de un par de segundos escuché sus pasos junto con los de Harry entrar detrás de mí en la cocina.

Mierda, me había olvidado de Harry totalmente por un segundo, genial, Harry presenció el estúpido juego de Niall. De puta madre.

Me sentí totalmente avergonzada, no es por el hecho de que nos haya visto jugando, si no, es por el hecho de que haya pensado que algo más pasa entre Niall y yo.

Pero no hay de que preocuparse, él siempre nos ha visto jugar de esa manera, la única diferencia ésta vez es que, en realidad, me prestó atención esta vez.

En pasadas oportunidades, el castaño, simplemente nos ignoraba y esperaba a Niall en su habitación, hasta que hubiésemos terminado de jugar o pelear, dependiendo la ocasión.

Pero no esta vez, él sencillamente podría haber ido a la cocina e ignorar nuestra infantil pelea, pero esta vez, él se había quedado y nos había observado todo el tiempo. Genial. Había hecho el ridículo delante de él. Simplemente, genial.

Una vez encontré a Maura, me acerqué a ella para preguntarle si la podía ayudar en algo.

-Tía, hay algo en que la pueda ayudar?-Pregunté mientras le dedicaba una de mis mejores sonrisas, después de todo, ella fue la que evitó que muriese por exceso de acumulación de sangre en la cabeza. No estoy segura de que eso sea posible, pero no quiero descubrirlo de todas maneras.

-Sí cariño, me falta una fuente, y está en ese mismo estante.- Dijo mientras que apuntaba un estante de madera, de hecho, el más alto en toda la cocina.

No entiendo por qué hacen muebles tan altos que después son prácticamente inalcanzables y se tiene que conseguir 100 millones de escaleras para poder bajar algo de los mismos. Sencillamente, no son para nada prácticos.

-Claro tía, enseguida.-Dije mientras arrastraba una silla hacia donde se encontraba el estante. Una vez sobre la silla, empecé a buscar con una mano la fuente que me había indicado.-Es esta, tía?-Pregunté con una fuente blanca, adornada con rosas en los bordes, en mi mano.

-No linda, la fuente crema de la izquierda.- Dijo mientras que apuntaba más a mi izquierda. Me fijé de cuál fuente me hablaba y me di cuenta que para poder llegar a ella, tendría que bajarme de la silla, moverla y volverme a subir para evitar algún desastre.

Pero como soy yo de quien estamos hablando, decidí estirar mi brazo un poco más, la flojera manda en mi vida.

Sólo unos centímetros más y tendría la fuente en mis manos. Cuando ya estaba prácticamente con un pie fuera de la silla y mis dedos rozando la fuente, me resbalé, intenté agarrarme del estante pero no fui lo suficientemente rápida.

Cerré mis ojos antes de sentir mi cuerpo impactarse de lleno con el piso, algo que nunca pasó, lo único que sentí fueron unos fuertes brazos sosteniendo mi cuerpo.

-Gracias Niall.- dije con mis manos aún tapando mis ojos antes de soltar un largo suspiro. Estaba muerta de miedo, había visto mi vida pasar delante de mis ojos en cuestión de segundos. Ahora, hablando en serio, me podría haber matado haciendo semejante estupidez.

-De nada pequeña.- Escuché a Niall respondiendo a mi derecha, su voz sonaba algo distante, para ser sincera. Se supone que lo debería haber escuchado fuerte y claro ya que, después de todo, él me estaba agarrando.

-No deberías estar agradeciendome a mí?

Me paralicé y sentí mi cara drenarse de todo color, saqué mis manos de mi cara y ahí encontré esos ojos que me hacían suspirar y esa sonrisa que sentía me haría desfallecer ahí mismo. Decir que abrí los ojos como platos es que darse cortos, de hecho me sorprende que no se hayan salido de sus cuencas, debido a mi sorpresa.

Inhalé su dulce aroma, que era una mezcla de una fruta cítrica, no podría indicar con certeza de cual fruta se trataba, madera y tal vez una pizca de tabaco. Su olor era embriagador y abrasaba cada uno de sus sentidos. 

Nunca, pero nunca, me había imaginado que algún día estaría a tan corta distancia de él, a tan sólo escasos centímetros.

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Mafer♥