Capitulo 7

119 12 2
                                    

La sonrisa de idiota no salía de mi rostro, a pesar de que Dani había cerrado la puerta de la habitación de mi hermana detrás de ella hace unos cuantos minutos o quien sabe, podrían haber pasado horas incluso. Pero aquí me encuentro, en el mismo exacto lugar en el que estaba cuando le ofrecí llevarla a la universidad el día de mañana.

Para ser sincero me encontraba repitiendo nuestra conversación una y otra vez. Prestando atención a cada sonrisa, risa o delicado movimiento que realizaba. Dani siempre había sido una niña agraciada, atenta y cariñosa. Siempre ha sido la única que me aguantaba mis caprichos y berrinches. Con esa misma niña, perdí mi primer diente y di mi primer beso.

Involuntariamente llevé mis dedos hacia mis labios, recordando cuan suaves y cálidos se habían sentido sus pequeños labios rosas sobre los míos. Fue uno de esos besos cortos y llenos de inocencia, de esos que sólo los niños pueden llegar a compartir.

A pesar de que fue por error que terminamos dándonos nuestro primer beso, nunca me arrepentí de ello.

Recuerdo que después de el rápido contacto entre ambos, nos alejamos como si se tratara del diablo en persona a quien habíamos besado. Las mejillas de Dani se volvieron de un color escarlata intenso y sus pestañas revoloteaban a mil por hora, y yo, me parece haber quedado con la boca abierta, antes de dar paso a un ligero rubor en mis mejillas.

Nuestras miradas chocaron y al mismo tiempo, ambos terminamos mirando al piso.

Cada vez que me acordaba de ello, no podía evitar sonreír como idiota. Si ese beso pasara ahora, Dios sabe que la agarraría para evitar que cortase el contacto, pondría mis manos en su cintura y la pegaría a mi, pasaría una mano por su sedosa cabellera color chocolate y jugaría con cada onda natural que siempre adopta su cabello.

-Niall.- Escuché que alguien decía antes de golpearme el brazo y sacarme del trance en el que me encontraba.

-Pero qué mierdas haces Harry.- Dije fulminándolo con la mirada.

-Es que te has quedado colgado mirando la puerta de tu hermana, ven que quiero hablar algo importante contigo.- Dijo mientras se encaminaba hacia mi habitación.

Seguí a Harry y una vez en mi habitación cerré la puerta mientras que él se sentaba en mi sillón reclinable. Seguí mi camino hacia mi cama y me senté con ambas piernas cruzadas, de frente al crespo. Harry cogió una pelota de tennis y empezó a pasarla de una mano a otra, simple y evidente señal de que se encontraba nervioso.

Cada vez que tenía que tocar un tema delicado o algo demasiado importante, los nervios lo invadían y buscaba ocupar sus manos con lo que sea que tuviese cerca.

-Y bueno, qué pasó?- Pregunté cortando el silencio que ser cernió sobre nosotros.

Mi voz sacó a Harry del trance en el que se encontraba y dejó caer la pelota de sus manos.

- Es Dani.- Respondió.

Eso bastó para que mi mundo se paralizara y desmoronara. Lo que más temía que sucediera todos estos años, que mi más grande miedo se materializara. Puede que suene bastante egoísta, lo admito, pero no me importa. Puede que suene posesivo, pero siempre he querido a Dani sólo para mí. Se que ella siempre quiso esto de parte de Harry, y está empeñada a conseguirlo, pero yo no estaba listo para que su plan funcionase, simplemente no.

-Qué pasa con Dani?- pregunte haciendome el que no entendía.

-Está muy linda- respondió mientras que se encogía de hombros- y quiero saber si es que ella tiene novio.

De repente la vista se me nublo, y todo lo que podía ver era rojo para ser honesto. Siempre escuché que el color rojo estaba íntimamente unido a fuertes sentimientos tanto como la pasión o la furia. Y era malditamente cierto, ahora mismo no puedo ni si quiera dar con un solo pensamiento cuerdo. Lo más cuerdo que puedo llegar a pensar es "La puta madre aléjate de Dani." Pero a pesar de ello, Harry es mi hermano de otra madre y Dani, bueno, a Dani nunca le llegue a gustar de todos modos.

Juego JustoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora