¿Cómo se mata a un muerto?

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  Miraba a los niños jugar, correr, caerse y volver a levantarse como si nada hubiera pasado para seguir con su juego. Sintió envidia. Ojalá para él fuera tan fácil levantarse y seguir con su vida, pero su caída había sido demasiado dura. Nadie habría podido seguir adelante tras una caída así. Él sí, no tenía otra opción, pero levantarse era algo completamente diferente.

  Sentado en ese banco, no podía dejar de darle vueltas a la conversación que había tenido por teléfono unas horas antes. No podía ser cierto lo que afirmaba ese extraño, era imposible que Tony hubiera eludido a Hulk, lo vió claramente en la grabación, estaba muerto. Sin embargo, una parte de sí le decía que estaba vivo. Seguramente era por el arrepentimiento y el deseo de estar equivocado, pero quería que aquello fuera verdad. El único modo de saberlo era ir esa noche a la azotea de Industrias Stark y sacarle la información a ese extraño.

  ¿Pero era una buena idea ir? Seguramente esa persona mentía, seguramente ni aparecería en la azotea. O puede que fuera una trampa y dijera eso para atraerlo hacia ella. Pero, ¿y si fuera verdad? Había una pequeñísima posibilidad de que fuera cierto, y Tony estuviera vivo en algún lugar. Puede que si no iba no lo supiera nunca con certeza.

  Tenía que ir, había de asegurarse. ¿Pero y si era una trampa? En verdad, no le importaba mucho. Seguramente Hulk lo sacaría de allí si trataban de hacerle daño. Y si tenían el modo de contener a Hulk, no es que su vida le importase mucho en esos momentos. Tanto si lo capturaban como si lo mataban, no le importaba, incluso agradecería que alguien tuviera la piedad de acabar con su vida, ya que él no podía. Su muerte ahorraría mucho sufrimiento a la humanidad.

  Entonces, estaba decidido, iría.

  Una pelota de fútbol llegó rodando a sus pies y lo sacó de sus pensamientos. Bruce la asió con una mano y alzó la mirada, viendo a un niño de unos cinco años acercándose hacia él con timidez.
- Lo siento, señor... ¿me puede..? -el niño no terminó su pregunta, pues la alegría y ternura de su mirada se transformaron en miedo al mirar a Bruce a la cara.

  Bruce le tendió la pelota, pero el niño, al borde del llanto por el miedo, salió corriendo. Bruce suspiró bajando la mirada, estaba claro que el niño había reconocido en él el monstruo verde que había destrozado todas las ciudades que había visitado. Dejó la pelota en el suelo y se puso en pie, caminando por el parque con las manos en los bolsillos. Debería acostumbrarse a asustar a los niños, ¿no es eso lo que hacen los monstruos? ¿Por qué lo conmocionaba tanto?

  Negó con la cabeza soltando un suspiro, decidiendo olvidarlo, y se marchó del parque. Ya quedaba poco para la hora que le había dicho el hombre del teléfono, así que daría un paseo de camino a Industrias Stark.

***

  La gente suele decir que la curiosidad mató al gato. Por suerte, Bruce tenía muchas más vidas que un gato, así que no le preocupaba su muerte. La había anhelado muchas más veces que las que la había temido, y había acabado por no importarle. No tenía nada que perder, solo tiempo, y tiempo tenía de sobra.

  Allí estaba pues, en la azotea, a la hora que le dijo la voz del teléfono. Al principio pensó que nadie se encontraría con él y que solo había sido, como pensaba, una broma de mal gusto, pero al caminar un poco por el oscuro y solitario tejado una voz le llamó la atención.
- Creí que no vendrías.

  Bruce miró hacia el lugar de donde procedía la voz y vió una silueta recortada sobre las luces de la ciudad. Su situación a contraluz no le permitía distinguir los rasgos del hombre, y aunque hubiera estado iluminado éste vestía una gabardina negra; y una bufanda, unas gafas de sol y un sombrero ocultaban la mayor parte de su rostro.
- Aquí estoy -dijo Bruce-. ¿Para qué me ha hecho venir? ¿Qué era eso que quería contarme?
- Ah, sí, le diré qué pasó realmente en aquel desierto -Bruce lo miraba con cierta desconfianza, su voz le era algo familiar pese a que usaba un modulador de voz para cambiarla y ocultarla-. Usted vió esa grabación y cree que eso es todo, que esas piezas de metal y carne aplastadas por su álter ego eran su amigo...
- ¿Cómo sabe de la existencia de esa grabación? ¿Es de SHIELD? -preguntó mirando al otro con curiosidad y desconfianza. Notaba que se mantenía a una distancia prudencial de él, como si temiera que lo reconociese.
- Eso no importa, céntrese en lo importante, Banner. Tony Stark sigue vivo. Le quedaba un as en la manga.
- ¿Y cómo sabe eso?
- Lo sé. Él salió de la armadura y reemplazó su cuerpo por carne repleta de su sangre, que se había extraído hacia tiempo por si pasaba algo. Ya sabe, él siempre fue muy previsor. Tampoco importaba que fuera muy perfeccionista, pues sabía que Hulk destrozaría completamente la armadura y su contenido, y la gente de SHIELD analizaría la sangre para corroborar su identidad, no otras células de la carne.
- Si, como dice, siguiera vivo... ¿por qué no ha venido a verme después, por qué se ha escondido?
- Tiene miedo -dijo el hombre, y después vaciló-. Esto... creo que lo más probable es que tenga miedo. Usted estaba muy enfadado con él, puede que tema que lo siga.

Lo único que es real es el odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora