La cara oculta de las cosas buenas

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  Tenía ganas de escribirte de una vez.

A ti, que apagas el despertador y dices haber empezado el día con el pie izquierdo, sin saber que el derecho está justo a su lado..
A ti, que caminas por la calle sin levantar la vista del suelo y te pones en los cascos ese tema que hace que el día sea un poquito más gris, pasa de pista, quizás en la siguiente, te apetezca bailar.

Hazte un favor, y abre ya los ojos, que esa sonrisa que llevas escondiendo semanas.. se merece dar un paseo. Y qué más da si no te llama, o si llegas justo cuando se marcha el metro o si llueve de repente o si el jefe es un imbécil.

¿De verdad vas a dejar que eso te arruine el día?

Mañana quizás te llame o te des cuenta de que no merece la pena ni siquiera esperar esa llamada quizás en el andén de enfrente esté tu otra mitad y esperar hasta el siguiente metro sea el viaje de tu vida.

Quizás si llueve es porque alguien está regando los parques y ese jefe del que te quejas tenga suficiente castigo con seguir siendo un imbécil el resto su vida.

No permitas que nadie te diga que no vales. No permitas que no permitan que estés triste, todos necesitamos estar solos de vez en cuando. Pero permite que alguien te diga, que ya es hora de dejar de estarlo.

(Y por si nadie te lo dice, te lo digo yo)

Sonríe de una vez y sal ahí fuera a comerte el mundo con esos ojos de niño grande, con esa sonrisa de niña adulta.

A veces para avanzar hay que pararse y para encontrar nuestro camino hay que salirse del establecido.

Que nadie te diga lo contrario.



Has nacido para dejar huella

y sonreír,

es el primer paso.  

Cartas de Monica GaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora