Jamás imagine que vería la casa de Valeria, me daba curiosidad entrar y averiguar donde estaba su familia, pero por otra parte me daba miedo adentrarme y encontrarme con un monstruo, el monstruo que ya me había contado ella, una bestia temible que asechaba las habitaciones y corredores, no sabía si era falso o cierto, pero el hecho de imaginar aquella monstruosidad me erizaba la piel.
-Es hora de irnos –dijo Valeria con una voz neutra
Asentí con la cabeza y la seguí hasta llegar a mi hogar, nos metimos por el patio trasero y nos quedamos sentadas en el césped, no decía ninguna palabra y yo solo la miraba ya que era raro que ella no me quisiera hablar, los minutos en silencio se me hicieron eternos, solo estaban nuestras respiraciones con los pájaros que pasaban volando.
-¿Esa bestia sigue en tu casa? –por fin me atreví a preguntar
-Sí, sigue ahí, por eso decidí escapar
No comente nada más y nos quedamos otros minutos en silencio, los pájaros y los gritos de mis padres peleándose, era lo único se podía escuchar.
******
Mi cumpleaños se acercaba, sentía que cada día me hacía más grande a pesar que solo cumplo siete años, creía que ya podía con todo lo que se me atravesara.
-¡Despierta, es mi cumpleaños! –comente emocionada a Valeria
-Lo sé, llevaste todo un mes avisándome cada cinco minutos
Reí inocentemente y nos levantamos, ya vestidas nos fuimos al comedor para ver si mis padres y esperar sus felicitaciones, pero al parecer mmi padre ya se había ido a su trabajo y no había rastro de mi madre, espere y espere, nunca me hablaron, ni siquiera me vieron.
Comencé a sentirme triste y sola a pesar que Valeria estaba conmigo.
-A veces me gustaría que vean que existo, que vean que los quiero de un modo u otro –dije con una lágrima cayendo de mi mejilla
Raramente, Valeria me consoló, sentía su mano en mi espalda, logre sentir un gran apoyo y cariño de la persona más fría que se podría considerar.
Más tarde comenzamos a jugar al escondite, y unas horas más tarde nos fuimos al jardín a cortar flores que se encontraban, corte algunas margaritas con una sonrisa en mi rostro. Miro a Valeria con flores rosadas en la mano, me dedico una sonrisa y me las dio, le regrese la sonrisa y la abrace con todo mi cariño en forma de agradecimiento.
-¿Te confieso algo? –dijo ella en mi oído sin soltarme
-Claro
-Eres mi única amiga
Al escucharla me identifique tanto que comencé a abrazarla más.
-Tú también eres mi única amiga
-Te diré un secreto
-...
-No siempre viví siendo fría
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Diario de una niña...¿Normal?
HorrorVen a conocer una historia de una niña, sin sentimientos, sin culpas. La inocencia de cualquier infante a esta edad, jugar, correr, robar las galletas del frasco de la cocina, hacer nuevos amigos... ¿Hacer amigos? ¿Por qué no dije que conocer nuevos...