Sábado Por La Tarde

3 1 0
                                    

El golpe fatal.

Agarrando todo el valor que pude juntar. Trate de no dejarme caer. Le dije que a mi madre que iría a bañarme, y si me haría el favor de calentar el agua, me digo a mi misma.

Nada ha de pasar, solo es coincidencia. Pero algo dentro de mí decía que algo malo va a pasar. Quince minutos después escuche decirme que estaba todo listo para que pudiera tomar una ducha. Le di las gracias y me dispuse a ir a mi armario a tomar la ropa que consistía de unos jeans negros, blusa blanca de encaje rosa coral ropa interior, tome y las toallas. Me dirijo al baño con mis cosas bajo el brazo. Comienzo a des vestirme lentamente, me despojo de mi pijama que consiste de una blusa gris y un pantalón rosa con estampado de osos junto con mi ropa interior, dejo todo en el cesto de ropa.

Entro en la regadera mientras dejo caer lentamente el agua caliente en mi cuerpo, era algo bastante relajante dejar que acaricie cada parte de mí. Tome un poco de jabón y me dispuse a enjabóname y enjuagarme, la fragancia inundo la habitación algo dulce y cuando menos lo pensé llevaba una hora en el baño. Empiezo a secarme, termine de vestirme y me salí de ahí más tranquila de lo que estaba. En el tocador comencé arreglarme use un delineador negro, un labial de color rosa claro. No me gusta mucho maquillarme. Empiezo a cepillar mi cabello negro con mucho cuidado. Cuando me puse mi fragancia. Recordé que me había llamado Alessandro y no le conteste por lo alterada que me encontraba en ese momento. Regresó a mi habitación para tomar esa carta y buscar esa dirección más animada bajo corriendo las escaleras como cuando era más pequeña hasta llegar a la sala ahí estaban sentados. La sala estaba tres sofás de color negro de vinilo. Veo a mis padres tomando una taza de café con unas galletas servidas en un plato colocados sobre una mesa de noche color negro resaltaba la sala y la mesa por que el piso es de baldosa blanca. Temía que mi sueño se haga realidad pero ¿A caso sería cobarde olvidarlos? ¿Tendré la fuerza necesaria para ese momento? Limitando a ver a mis padres escucho

Elena - ¡Hana! ¿Te encuentras bien? ¿Acaso paso algo malo?-

Hana- no solo saldré un rato a la calle volveré a las 5 de la tarde-

Elena- Ok ve con mucho cuidado ¿necesitas dinero?-

Camino hacia la puerta diciendo adiós con la mano dije en un pequeño susurro que deseaba con todo mi corazón

Hana - Dios ayúdame a ser fuerte te lo pido -

Abriendo la puerta salgo al exterior, no sé porque razón comienzo a llorar pero me dirijo a una plaza caminado solo llevaba mi cartera y mi celular. Veo la hora y eran las 4 de la tarde en los pasillos de los locales estaban muchos con varios aromas que eran muy agradables eran diferentes perfumes, a pan recién hecho, a palomitas de mantequilla, a pizzas y también a hamburguesas. Llegue a un local donde nunca antes lo había visto sus ventanas eran de un color morado oscuro casi negro, me daba un poco de miedo al ver su pancarta. Se llamaba oráculo de la muerte. ¿Cómo es que había llegado a este terrible lugar? Tratando de retroceder me pude percatar que salía de ahí Alessandro con una mirada triste como si le hubieran dicho algo terrible. Era mi amigo y no tenía el suficiente valor para detenerlo y decir que le pasaba ya que cuando él me llamo nunca le conteste. De pronto escuche la voz de una anciana.

Anciana - pequeña niña entra te estaba esperando-

Hana - ¿Que rayos estaba pasando? ¿Cómo se dio cuenta de mí y Alessandro no? - Lo pensé y quedando petrificada ante lo que escuchaba.

Anciana - ¡Pequeña Hana entra por favor!-

No quería entrar y cuando me percate ella había salido por mí era una mujer de 60 años de edad, su cabello era corto sus luceros eran grisáceos llegando a ser casi plateados, su voz era muy suave pero fría a la vez.

Entre al local y todo estaba cubierto con cortinas obscuras, en el centro estaba una mesa redonda con un mantel de seda rojo.

Y alrededor velas y sirios encendidos. Me llegaba el olor a incienso de mirra. Me percate que en otra mesita estaba una bola de cristal era grande y la coloco enfrente nuestro.

Con voz firme le dije que no quería hacerlo y ella me respondió.

Anciana - no te pediré nada a cambio -

Cuando la iba a interrumpir observe como lloraba al ver su bola,

Anciana - ¡por favor te lo suplicó ten el suficiente valor en un futuro!-

Hana- ¡De que habla!-

Anciana - Tu mundo y alrededores se derrumbaran. Sigue a tus sueños ellos guiarán y salvaran-

Hana- ¿a qué se refiere? ¿Explíqueme? ¿No comprendo?

Anciana – llegara un momento niña, necesitaras todo tu valor para poder superar esta prueba, lo más terrible que una de las personas más allegadas a ti desaparecerá. Dependerá de ti si quieres recuperarlo ya es tarde pequeña te deseo lo mejor-.

Sentí como si me hubieran quitado una parte de mí, estaba muy preocupada me gustaría que me hubiera dicho más detalles pero no quiso hacerlo. Fue como un golpe muy fuerte dentro de mi alma  

¿El Giro Que Cambio Mi Vida?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora