IV
Recobró la conciencia, con el suave golpeteo de las gotas de lluvia en su cabeza. No podía moverse, aún tenía el puño cerrado, tan fuerte que abrirlo le costó un alarido. Ahí seguía el anillo. Sintiéndose victorioso se lo volvió a poner en el dedo.
El dolor regresó como una sombra, y más poderosa, tanto que prefería estar muerto.
Antes de que lanzara una blasfemia al cielo por burlarse de él, sintió que trataban de moverlo.
¿Quién era el que trataba de llevárselo? Igor temía.
Se encargaron de subirlo en una carreta que apestaba peor que a mula.
Le hablaban mas no entendía. Un pinchazo en la pierna hizo que el dolor se esfumara.
Estaba tendido sobre la madera húmeda de la carreta, arriba de su cabeza, un par de botas se mecían de acá para allá, al ritmo de la carreta. ¿A dónde lo llevaban'
Un tiempo después, cuando la carreta se detuvo, con ayuda de un garfio consiguió bajarlas. Solo entonces se dio cuenta que no estaba solo como pensaba, en la esquina alguien se acobijaba entre hediondas mantas. Con el mismo garfio le arrebató las mantas, y reveló el pelo platino y el rostro avejentado de su vieja nana de la infancia.
Quería abrazarla, pero se contuvo.
―¿Quién te envió?
Intentaba ponerse las botas, la anciana lo ayudó.
―Nadie, mi niño, nadie me envía.
Nunca le demostró afecto, ni siquiera en ese momento. Era la última persona que esperaba ver en ese lugar.
―Tiene que ser fuerte mi niño ―le murmuró la anciana.
―Necesito medicina, y un buen doctor.
―Nadie puede ayudar en eso, mi niño, esas no son heridas normales...-dijo aterrada, comprobando sus heridas, desvió la mirada.
―Ya deja de temer, esos cerdos me dieron por muerto...
―No entiende mi niño... ellos no vienen por usted, ellos quieren el anillo. Lo dieron por muerto pero ÉL quiere el anillo, mi niño... se enteró que estaba aquí, ha ofrecido oro para que le lleven el anillo, mi niño.
―Sobre mi cadáver lo obtendrán ―musitó.
Por la mirada de desconsuelo de la anciana, se dio cuenta de que era eso mismo lo que iba a pasar.
―Tiene que meterse al bosque, mi hijo ―suplicó la anciana, con los ojos llenos de lágrimas.
―¡Vete ya anciana! No me sirves para nada, eres libre ―declaró con toda la frialdad que pudo.
―Lo sé mi niño ―y se partió en llanto.
Igor jamás la había visto de esa forma, quizás esas lágrimas eran por él.
―¿Por qué lloras? ¿No te dije que eres libre? –preguntó.
―Lo sé mi niño, lloro porque ya no voy a ver nunca más a mi niña.
Igor se desilusionó. La vieja Istir, siempre le hablaba de su pequeña Serena, por un tiempo había creído que solo era obra de su imaginación que la niña en cuestión existiera.
―Vete por ella ―le ordenó, como si no le importase en lo más mínimo.
―No puedo mi niño, al igual que usted, mi niño... llevo heridas mortales.
La anciana se tocó con las dos manos el vientre, y soltó un agudo suspiro.
―Si logra volver mi niño, vaya por ella, cuídela, como yo le cuidé a usted ―suplicó desesperada. Sacó de entre sus viejas polleras una cuchilla afilada y se la entregó en las manos. Esa cuchilla le era familiar, en silencio se la guardó en sus botas.
Miró el rostro bañado en lágrimas de su vieja nana, solo entonces notó la palidez de su rostro anciano, como también notó que ya no sentía sus piernas. Quiso ver el estado en que estaban, pero la anciana se lo impidió.
―¿Así de grave estoy? No me mientas... ―le exigió, carente de esperanzas.
El silencio de la anciana se lo confirmó.
―Lo llevaré al bosque, mi niño, le acompañaré hasta dónde mis piernas me lo permitan...
Lo cargó como si fuera un pequeño bebe.
Aquello era demasiado deshonroso para Igor, ni siquiera podía defenderse a sí mismo, debería estar muerto. Odiaba al Dios todo bondadoso, al que todos oraban, al que su padre, había rezado de rodillas, suplicándole por años que le librara de su inútil primogénito y que le bendijera con hijos fuertes y sanos, dignos herederos de Archar.
Dios debía estar sordo para no escuchar los alaridos de su madre, cuando la destazaron viva. Quizás ese Dios era débil, como lo era él.
La anciana se dio maña y agilizó su paso por el camino accidentado.
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Réquiem
Horror⭐Finalista de la lista larga de los Wattys 2018* ⭐Destacada en el perfil oficial @MisterioEs de septiembre, 2020 Segunda edición 2020 Todos los derechos reservados No se aceptan copias ni adaptaciones Código de registro: 1704211859981