V
El bosque de Arlen no era sino uno cualquiera, de niño su madre le había llenado de mentiras la cabeza, con toda clase de historias de magia y maldad, se sentía burlado, pero ¿Qué más daba?
De repente todo a su alrededor se movía, incluso la anciana que lo cargaba se movía de forma extraña, seguro estaba mareado. Un hilo delgado de sangre caía desde una de sus comisuras, y de repente todo se le vino abajo, la anciana cayó con él encima.
La vio jadear, tenía los ojos entreabiertos, sus ojos poco a poco perdían el brillo de la vida, llevaba en su rostro la agonía que sufrió hasta el último segundo de su existencia.
―Descansarás en paz ―dijo él, como un decreto.
Trataba de incorporarse, pero sus piernas no tenían las fuerzas necesarias, ya no las sentía, estaba aterrado. Y para el peor de los males comenzaba a oscurecer. Pronto llegaría la noche. Le vinieron a la mente todos esos cuentos de criaturas nocturnas que acechaban en ese bosque, y con toda la vergüenza del mundo se orinó encima.
No era más que un gusano que suplicaba que la muerte lo ampare, pero ¿acaso ella lo quería para sí? Lo despreciaba como el todo el mundo hacía.
Igor maldijo a los cielos.
Se arrastró como pudo hasta conseguir apoyar su espalda en un árbol de grosor extraordinario. Muy cerca escuchó el ruido peculiar, un animal reconoció el olor de la muerte y rondaba aguardando con paciencia para alimentarse de él.
Si descansaba un poco podría defenderse, pero bien podría tratarse de jauría de hienas o perros salvajes que rondaban por el pueblo justo para esas fechas.
Comenzó a cabecear, el sueño, quería apoderarse de su cuerpo, no pensaba oponerse, tal vez fuera lo mejor, tal vez era la muerte misma que venía al fin por él.
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Réquiem
Horror⭐Finalista de la lista larga de los Wattys 2018* ⭐Destacada en el perfil oficial @MisterioEs de septiembre, 2020 Segunda edición 2020 Todos los derechos reservados No se aceptan copias ni adaptaciones Código de registro: 1704211859981