Corría a través de aquel bosque seguido de cerca por otra persona. Ambos se encontraban bastante heridos y sus ropas rasgadas solo daban a conocer la presurosa huida que se habían visto obligados a emprender. Uno de ellos cojeaba, se le notaba cansado y el otro no se encontraba muy lejos, con una larga herida en su brazo derecho que sangraba copiosamente .
Se escuchó un golpe seco, el mismo que se forma cuando algo cae pesadamente al suelo, alertando en sobremanera al que iba más adelante, quién se giró lo más rápidamente que sus numerosas heridas le permitían, dispuesto a enfrentar a aquello que les perseguía. No vio nada, y aquello solo consiguió asustarlo, pensando que su hermano había sido capturado. Un sentimiento de alivio le llenó cuando bajó la mirada para ver a este tendido en el suelo, acabado de tropezar con un piedra. Pero este desapareció inmediatamente al ver que no hacía ningún esfuerzo por levantarse nuevamente.
Un sentimiento de terror puro sustituyó al alivio anterior al pensar que su hermano finalmente había sucumbido al cansancio y se había desmayado o (y esto solo empeoró la rapidez con la que el miedo aumentaba) alguna de las heridas de su hermano había sido hecha con un arma envenenada y este había ido a parar a las estancias de Mandos.
-No puedo seguir...- la voz débil y casi inaudible de su hermano llegó hasta sus oídos, sacándolo de sus horribles pensamientos -las piernas no me responden...
-Debemos seguir- No supo de donde sacó la fuerza ni la voluntad para hablar -Debemos ir con los demás, advertirles del peligro que se cierne sobre todos nosotros...
-Solo con que uno de nosotros vaya bastará- la voz de Raiquen cobró fuerza repentinamente, solo para volver a ser inaudible -ve tu, yo ya no...
-¡No te dejaré!- su garganta le reclamó por el grito repentino, recordándole cruelmente que llevaba dos días enteros sin probar una gota de agua, aún así, siguió hablando como pudo -Eres mi hermano...
-Dariel...
Pero no pudo terminar, ya que se hizo presente la misma esencia de quien les perseguía.
-Oh, pero que escena tan conmovedora- Una risa sádica llegó hasta ellos, poniéndole los pelos de punta -pero me temo que debo arruinarles el momento- entre las sombras brilló una espeluznante sonrisa -ya que ninguno se irá de aquí.
Justo cuando aquella figura salía de entre las sombras para atraparlos, una esfera de agua salió de la nada, atacándolo, sin embargo no alcanzó a darle. Pero algo en el ambiente cambió, se estaba enfadando y esto se hacía notar en como la hierba a su alrededor se marchitaba. Se acercó con rapidez, todo a su alrededor se consumía y ellos empezaban a perder fuerzas.
Dariel miró a su hermano, inseguro de lo que iba a hacer, cuando este asintió no dudó más. Apoyó la cabeza de su hermano en sus piernas y puso sus manos en el suelo. Al segundo un circulo de energía los rodeó, desprendía una tenue luz azulada y el campo que se formó impidió el paso de la figura. Lo último que ambos vieron antes de desaparecer, y seguidamente perder la conciencia, fue un par de ojos rojos que los miraban con un odio profundo.
•~•~•~•~•
Para cuando entramos se escuchó el sonido de un cuerno y lo que parecian ser flechas rasgando el aire.
Por la entrada a la cueva cayó el cuerpo sin vida de uno de los orcos, en medio de su pecho sobresalía una de aquellas flechas, la cual pude reconocer al instante. Al parecer Talhulla también, pues sus ojos se abrieron como platos al posar su vista sobre esta.
Thorin se acunclilló, tomando la flecha y examinandola, antes de soltarla como si el solo tacto le quemara.
-Elfos- dijo con el asco impregnado en cada letra, tanto que no pude evitar sonreír divertida. Oh si solo supiera... Por suerte nadie más que Talhulla pudo verlo, pues todos estaban demasiado ocupados determinando que hacer.
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Guardianes [Fanfic Del Hobbit] |Cancelada|
FanfictionLa gente piensa que todo es imaginacion, que son creaciones del cerebro, pero yo se que no es asi... Desde la creacion del ser humano hemos existido personas capaces de mantener el equilibrio, muy pocos saben realmente de nuestra existencia. Nuestra...