El precio del oro

Epílogo

-Solo era una idea, si no lo ves claro o no quieres hacerlo está bien- dijiste sin soltar mis manos, mirándome a los ojos mientras yo me perdía en los tuyos.

Respiré hondo meditando a cerca de lo que acababas de ofrecerme.

-Ya representa mucho para mí el mero hecho de que estarás así que no te sientas presionado a aceptar, ambos sabemos que no pasaría desapercibido y...- seguiste en tono calmado antes de que te interrumpiera.

-Por las chicas seguro que no, analizan cada mirada que nos damos- reí ligeramente, mientras tú también lo hacías.

Como era de esperar los rumores de la ruptura entre Javier y Miki no tardaron en aparecer tan pronto como se les vio juntos en el pasado Fantasy on Ice. Y aunque los medios siempre habían tenido una cierta tendencia por preguntarnos de forma más o menos regular cual era la situación entre nosotros o que opinábamos el uno del otro ambos fuimos capaces de intuir que las sospechas sobre nuestra relación ya habían nacido; afortunadamente gracias a que siempre fuimos muy cercanos conseguimos hacerlo ver una vez más como solo un "bromance"*.

Ambos nos reíamos de aquella situación tan irónica en la que nos encontrábamos, los medios y las fans nos emparejaban, a la gente le gustaba ver como interactuábamos entre nosotros... pero a la vez no podíamos hacer público que en realidad sí estábamos juntos, que aquellas caricias y abrazos sí eran muestras de amor...que sí nos queríamos.

Pero reíamos, lo hacíamos porque así era más sencillo seguir con aquella mentira, porque así le quitábamos la importancia que realmente tenía... porque así parecía un juego cuando en realidad se trataba de algo realmente serio para ambos.

Apreté aquellas manos que ya conocía tan bien, las que en aquel momento tomaban las mías, para que sintieses que no dudaba en mi respuesta -Hagámoslo- pronuncié acompañado de una sonrisa.

Solo recordaba una vez a parte de esta en la que hubiese sentido que me abalanzaba hacia un error seguro, cuando me pediste ir contigo a España, un "error" gracias al que hoy nos encontramos juntos.

Solo el tiempo diría si esta vez había hecho bien o no al dejarme llevar por ti una vez más.

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Se escuchaba a la gente disfrutar del espectáculo allí fuera mientras hacía algunos estiramientos, estaba nervioso a pesar de que no me jugaba ninguna medalla.

-¿Preparado?- Me sorprendiste cogiendo mis manos -pase lo que pase después de esto estamos juntos ¿sí?-

Asentí sin estar demasiado seguro de si tus palabras me habían calmado o solo me habían dejado más intranquilo... pero al tenerte sujetando mis manos no pude evitar asociarlo al momento en que me ofreciste hacer esto; hoy los ojos te brillaban más incluso que aquel día, y en aquella mirada sí encontré paz.

Avanzamos juntos y solo me soltaste cuando estábamos a punto de salir a la zona donde se encontraban las gradas y la pista; y deteniéndome allí te vi avanzar hasta el hielo, donde entraste al comenzar a sonar la música.

Se escuchó una ovación tan pronto como la hoja de tu patín tocó el hielo y comenzaste a deslizarte por él al son de la música.

Todo el mundo te observaba, así que la gente no notó mi presencia acercarse, preparado para entrar a la pista. Aunque cuando lo hice el público estalló en una nueva ovación.

Patinamos juntos aquella canción como ya lo habíamos hecho tantas veces en las prácticas; con la única diferencia que pese a seguir los dos solos sobre la pista esta vez estábamos rodeados de gente que con la mirada seguía el camino que trazábamos sobre el hielo.

Nos alejábamos, nos acercábamos, pero siempre sin llegar a tocarnos; nos observábamos, nos sonreíamos, nos retábamos a ver quien se llevaba la mayor parte de la atención aunque en el fondo ambos seguíamos una misma coreografía, aunque éramos un equipo.

Procuramos divertirnos tanto como el público lo hacía en aquel instante, si era necesario ya habría tiempo para arrepentirse más tarde.

Pero "más tarde" siempre llega y aunque el espectáculo fue un éxito de principio a fin no pude evitar agachar la mirada y mantenerme a unos pasos de distancia de vosotros cuando tus padres se acercaron a felicitarte.

Recuerdo como si fuese ayer despertar en aquel sofá contigo encima, aún durmiendo. Sonreía de forma instintiva, te tenía tan cerca, te tenía conmigo, nada de lo sucedido el día anterior había sido un sueño. Al observar alrededor me encontré con los ojos de tu madre apuntando en nuestra dirección; era una mirada triste, melancólica, posiblemente quería preguntarte a que venía aquella escena... pero toda madre es sabia, y verte dormir tranquilamente tras aquellos días en que hacías tan mala cara fue toda la explicación que necesitó.

Siempre que la veía aquella escena venía a mi mente y me hacía sentir culpable; aunque nunca sabía por que exactamente, quizá por actuar de forma egoísta, incluso puede que por haber robado a su hijo la oportunidad de crear una familia... lo más posible es que fuesen demasiadas cosas a la vez, pero incluso si aquel sentimiento estaba ahí, no me arrepentía, no cambiaría mi decisión.

-Yuzuru-

Escuché una voz femenina llamar mi nombre e instintivamente miré en la dirección de la que provenía.

Era ella.

Mi única respuesta fue levantar ligeramente las cejas mientras seguía con la cabeza ligeramente agachada cuando para mi sorpresa ella sonrió abriéndome los brazos.

No pude evitar devolverle la sonrisa ¿podía entender que finalmente estaba aceptándome? Y sin pensarlo me acerqué a recibir aquella muestra de afecto.

-Cuida de él- me pidió en español al oido casi en susurros antes de que nos separásemos.

No entendí lo que me dijo, pero me sentía muy agradecido. Incluso si la mayor parte del mundo no iba a ser tan comprensiva cuando lo evidente no pudiese ser ocultado por más tiempo no estaba solo, no estábamos solos.

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N/A: Algunas pedisteis un epilogo y... ¿por que no? Así que aquí está ~ (no es mucho pero espero que os haya gustado)
Antes de nada agradecer a todos por leer y por los comentarios que siempre consiguen arrancarme una sonrisa <3

¡Espero veros en futuros fanfics!
¡Nos leemos!